Por Victoriano Martínez
“Van a contar con un gobernador que tiene voluntad política, sencillez y humildad para trabajar de manera conjunta en lo que beneficie a nuestro estado”.
Con sus variantes, esa expresión se repite cada seis años, durante el mes de septiembre, en voz de la persona que está por asumir el cargo de gobernador del Estado.
Con esas 25 palabras lo expresó Juan Manuel Carreras López el 18 de septiembre de 2015, seis días después de que se había pegado, en el lado norte del Palacio de Gobierno y en la fachada del Congreso del Estado, el Bando Solemne que lo declaró gobernador electo para el periodo 2015-2021.
“Seré un gobernador incondicional al pueblo de San Luis Potosí”. “Seré un gobernador con la puerta abierta para escuchar a la gente”, ha publicado en sendas imágenes con su fotografía de fondo, Ricardo Gallardo Cardona, el 11 y 12 de septiembre, respectivamente, en su cuenta de Teitter.
“Con la misma sencillez y humildad de estos años seguiré trabajando. Este gobierno será para ti, para tu bienestar”, repitió lo fórmula de Carreras López en el texto con el que acompañó la imagen del 12 de septiembre.
Las expresiones de Gallado Cardona carecen del antecedente de la colocación del Bando Solemne que lo declare definitivamente como gobernador electo, aunque coincide el primero con la fecha en que el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (CEEPAC) tenía previsto para hacer la declaratoria de validez de la elección.
Ante la falta de la declaratoria de validez de la elección, Gallardo Cardona ha tenido que recurrir a lo que sus antecesores no necesitaron para, desde unas semanas antes del 26 de septiembre, fecha para el cambio de poderes, asumirse públicamente como próximo gobernador.
Carreras López dejó hasta el último día, el 25 de septiembre, la presentación total de su gabinete. Despejó entonces en definitiva las especulaciones porque la única posición sobre la que no había duda era la de él.
Gallardo Cardona, con su propia posición en duda –así haya pasado varios filtros como promueven en su post-campaña–, ha jugado con la especulación sobre quienes conformarán su gabinete como una estrategia de proyección de la imagen de gobernador electo, aunque el Bando Solemne que disipará toda duda, para bien o para mal, sigue pendiente.
Un juego que lo ha llevado a la revelación dosificada de quienes conformarán su equipo, con tal anticipación, que con cada nombre que da a conocer deja ver el tipo de gobierno que pretende encabezar, y que no dista mucho del que encabezó en el ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez y del de su padre en la capital.
Su primera revelación, la de José Guadalupe Torres Sánchez a la Secretaría General de Gobierno, parece haber pasado la prueba –forzada o de resignación–, a pesar de que hace cuatro años se contó entre los diputados involucrados en la limpia de cuentas públicas municipales a cambio de moches como presidente de la Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado.
Ignacio Segura Morquecho, con pendientes de cuando fue dirigente estatal del PRD; Noé Lara Enríquez, involucrado en el caso Sandra Sánchez Ruiz y la simulación de compra de medicamentos, que Gallardo Cardona aseguró que es un invento, fueron otros dos personajes cuestionados incluidos entre los anuncios.
Se perfila un personaje más con una denuncia pendiente y un historial de servicios irregulares a la gallardía para ser considerado por Gallardo Cardona como secretario de Finanzas.
Señales de un gabinete que abre dudas fundadas, incluso documentadas por instancias de procuración de justicia federales, sobre la afirmación de Gallardo Cardona en el sentido de que será un equipó “sin ninguna otra ambición más que trabajar por la gente”.
Hace seis años, el gabinete fue develado un día antes de la toma de protesta y quedó muy lejos de cumplir las expectativas ofrecidas por Carreras López como gobernador electo.
Ahora, el gabinete comienza a configurarse sin declaratoria oficial de validez sobre la elección, lo que ocurrirá –“a más tardar”, ha dicho el CEEPAC– un día antes de la toma de protesta, y con personalidades cuyos antecedentes –como pasó hace seis años– difícilmente alcanzan para generar expectativas beneficiosas, sino prácticamente todo lo contrario.
Mientras tanto, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sostiene, cual espada de Damocles, los juicios de nulidad sobre la elección de gobernador que han impedido que Gallardo Cardona festeje plenamente su hoy aún presunto triunfo.