Soluciones huecas para problemas huecos

Carlos Rubio

En lo que va del sexenio, el gobernador ha cumplido casi a la perfección con los compromisos que por “casualidad” ha adquirido. El primer inconveniente es que sólo escucha las propuestas de un ciudadano; el segundo problema es que se trata de él mismo.

La casualidad va entre comillas porque usualmente el gobernador utiliza las entrevistas banqueteras para hacer públicas sus intenciones de hacer algo increíblemente innecesario que, en apariencia, se trata de una idea que se le acaba de cruzar por la mente, pero que en realidad lleva tiempo maquilando. Para introducir el tema usualmente es ayudado por la pregunta de algún palero de su gobierno, aunque también lo ha hecho por iniciativa propia.

El nacimiento de la propuesta de hacer casi gratuitos los estacionamientos de plazas comerciales y tiendas de servicios no fue la excepción. Daría la percepción de que durante un nada lucido sueño, el gobernador se molestó al pagar más de 20 pesos de estacionamiento y, por ende, despertó con la convicción de quitar el cobro (sólo en caso de consumir en el establecimiento).

Fue eso o algo más planeaba, porque nunca nadie vio reunirse a los 200 miembros de la asociación en contra de los estacionamientos de paga y entregarle una petición para que apoyara dicha propuesta.

Últimamente tampoco se han visto a los manifestantes que pedían la construcción de la Arena Potosí o a las multitudes que solicitaban que se llevara a cabo aquí el Campeonato Nacional Charro (durante dos años seguidos).

Poco hemos sabido de los automovilistas que pedían puentes “atirantados” en San Luis Potosí o de la organización que entregó la carta para solicitar la instalación del árbol más grande de Latinoamérica en la Plaza Fundadores.

Y con esto llegamos a la misma conclusión a la que hemos llegado con la mayoría de sus acciones de gobierno: ¿era realmente necesario? Sin duda cada ciudadano agradece las pequeñas acciones que permitan menos afectaciones a su economía o que abonen a la infraestructura de la ciudad, sin embargo, todas esas obras, programas y proyectos que el gobernador y el Poder Legislativo trabajan en conjunto, terminan siendo financiadas con recursos públicos, que provienen de impuestos que todos pagamos. Entonces si colocamos en una verdadera consulta el tener estacionamientos gratuitos o agua en las colonias, el resultado sería muy distinto de la visión de Gallardo Cardona.

La implementación de servicios básicos está rebasada, no sólo en la capital, sino en todo el estado. Y aunque el gobernador podría achacar esa responsabilidad a los Ayuntamientos, es bien sabido que a su gobierno le gusta meterse en cualquier asunto, por más municipal que sea, por eso no habría problema de que se introdujera a cualquier municipio a buscar acabar con los problemas del agua, alumbrado o incluso de movilidad.

De sus compromisos de campaña ya ni hablar. Prometió cinco hospitales de especialidades médicas en las cuatro regiones de San Luis Potosí, lo cual no se ve que si quiera traiga en el mapa. Poco ha hablado sobre salud el gobernador desde que terminó la pandemia. Después de ello han sido fiestas y posadas, posadas y fiestas.

En su momento también prometió renovar la Fiscalía General del Estado, ¿para qué? Nunca lo dijo, pero terminar con el enorme rezago que tiene sería un buen inicio.

De sus pocas propuestas de campaña que tenían algo de fondo, nada se sabe. ¿Qué sí ha cumplido (aunque a medias)? El transporte público gratuito para estudiantes, aunque no han cesado las quejas porque los autobuses no aceptan las tarjetas que dio el gobierno para eso. Convertir la casa de Gobierno en un asilo y albergue para niños, aunque no sabemos ni cuántos niños hay hasta el día de hoy ni qué se hace con ellos.

Las demás eran las clásicas propuestas populacheras que a cualquier gobierno se le ocurren y obviamente no les alcanzan para todos: pensiones para adultos mayores, apoyos a jefas de familia, apoyos a personas con discapacidad, reparto de despensas, subsidio a la tortilla. Soluciones sin fondo, para graves problemas que enfrentan muchas personas: pobreza y desigualdad.

Por infortunio, el panorama no luce muy alentador para el 2024, cuando la atención se centrará en las elecciones y en segundo término, como siempre, estarán los ciudadanos.

Y aún más lamentable luce la situación para los próximos cuatro años, porque nadie sabe qué propuesta nos deparará el futuro. ¿Será acaso el campeonato internacional de hockey sobre hielo en San Luis Potosí? ¿O ya la hace falta otra remodelación al Parque Tangamanga?

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Actualmente es jefe de información de Astrolabio Diario Digital, con interés y experiencia en Transparencia y el Derecho de Acceso a la Información Pública. Formó parte de la tercera generación del MásterLab en edición de investigaciones organizado por Quinto Elemento Lab.

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