Octavio César Mendoza
Cuando fue candidata a la gubernatura del estado en 2015, Sonia Mendoza recorrió el estado potosino en al menos cuatro ocasiones. Hoy, es la única candidata a la presidencia municipal de San Luis Potosí que ha visitado cada rincón de la capital. Sonia sigue la regla del desgaste de las tres “eses”: sudor, saliva y suelas. Ella va y toca las puertas de los hogares donde la gente expresa su desesperación por la falta de agua, y su temor ante la inseguridad que se sufre en las calles. Su principal opositor, el alcalde priísta, sólo ha reportado reuniones a puerta cerrada, y ha realizado inversiones millonarias en medios de comunicación, redes sociales y encuestas. Su apuesta es crear una percepción mediática de triunfo anticipado.
Las elecciones, sin embargo, se ganan en tierra, a través de la movilización del voto duro y la estrategia de convencimiento de los votantes indecisos. Y es ahí donde Sonia ha tomado ventaja, pues cuenta con un ejército electoral con experiencia y ha sabido sumar tanto a a los operadores del Verde como los de Morena, y muchos desertores silenciosos del PRI y el PAN. Sin quejarse de la guerra sucia, haciendo propuestas y abriendo cancha en toda la capital, Sonia avanza hacia el dos de junio con la convicción de que va a cambiar la realidad de la principal ciudad del estado potosino. Y vaya que tiene el carácter para asumir ese compromiso.
Aquí es donde viene la parte interesante del análisis de hoy: la idea central de Sonia Mendoza para sacar a San Luis capital de su condición de entidad secuestrada por la derecha prianista, es generar una gran alianza con los Ayuntamientos que la rodean: Soledad, Mexquitic, Villa de Reyes, Ahualulco, Villa de Zaragoza, Villa de Arista, Santa María del Río, Villa de Arriaga, Moctezuma y Tierra Nueva. Y es una estrategia más que razonable, y que supera por mucho la visión del alcalde priísta con licencia.
Veamos: un gobierno del PRIAN en la capital que se ha aislado, que no crece al ritmo que lo hace Soledad de Graciano Sánchez; una ciudad capital cuyos mantos acuíferos se han agotado de tanta sobre explotación, que no hace alianza con los ayuntamientos vecinos para combatir la inseguridad, es un gobierno que se ha colocado una bolsa de hule en la cabeza y se ha amarrado las manos a una silla; es decir, que está auto secuestrado por las ambiciones personales de quienes lo manejan.
En su desesperación por mantener el reducto de poder en el que se ha ovillado la herencia maldita del PRIAN, lo que menos ha importado es el desarrollo de San Luis Potosí y la solución de sus tres problemas más complicados: agua, seguridad y movilidad. Otro gobierno municipal del PRIAN, y el aislamiento va a costar mucho a los potosinos que habitamos el valle del Gran Tunal. Se extenderá la crisis del agua, la crisis de la inseguridad y la crisis de la movilidad. Y más aún si la finalidad del alcalde es dar el salto cuántico hacia la candidatura del PRIAN a la gubernatura del estado. Ahora sí que ¡aguas!
Sé cuestionará el lector “¿Y por qué Sonia Mendoza piensa en la Zona Metropolitana como un proyecto de unión de esfuerzos y potencialidades, y Galindo no?” y responderá el escritor: “Porque Sonia sabe que Soledad de Graciano Sánchez cuenta con reservas territoriales suficientes para ampliar el clúster industrial; Sonia sabe que Villa de Reyes cuenta con los recursos hídricos necesarios para sustentar la habitabilidad de la zona metropolitana; Sonia sabe que Mexquitic de Carmona es el siguiente gran desarrollo habitacional hacia donde emigrarán 40 mil capitalinos durante los siguientes 10 años; Sonia sabe que se requieren nuevas presas que se pueden construir en Santa María del Río, Villa de Zaragoza o Villa de Arista; Sonia sabe que, para mover a la masa productiva de la capital, se necesita un nuevo macro libramiento que gestione una mejor y más rápida movilidad”. Sonia sabe eso, y más.
Por ello, si los municipios que rodean a la capital del estado ven que ese liderazgo será fundamental para compartir el desarrollo merced a los recursos económicos que posee el Ayuntamiento más importante, seguramente participarán de la creación de una de las Zonas Metropolitana más modernas de México. En ese sentido anticipo que el voto verde propiciará un cinturón de voluntades cuya coincidencia será el bienestar de todos. San Luis Potosí capital debe estar en forma para ajustarse ese cinturón e iniciar una carrera de larga distancia que requiere de mucha condición física, la cual el obeso aparato del PRIAN perdió por su excesivo apetito de los recursos públicos.
Contrario sensu a lo que muchos deseamos, si el PRIAN llega a retener el poder, San Luis Potosí capital seguirá siendo una fuente de problemas y no de soluciones, y deberemos esperar tres años más a que llegue el cambio que ya llegó a la mayor parte del Estado con Ricardo Gallardo Cardona y sus alcaldes aliados. Un mal cálculo de los intereses de los habitantes de la patria chica cuyo epicentro es San Miguelito, puede provocar una migraña de tres años que al final se convertirá en embolia. No quiero decir que se los dije, conste.
Pero no hay que alarmarse sino, más bien, pensar con calma. El dos de junio, finalmente, votaremos por dos opciones: el conservadurismo problemático del PRIAN, o el proyecto de trabajo que dará orden, paz, progreso y sustentabilidad no sólo a los ciudadanos del sector pudiente, sino a la gente de toda la zona metropolitana, que es la apuesta de la alianza PVEM-Morena-PT. Entre ambas opciones, está el tipo de liderazgo deseable para guiarla.
Desde mi punto de vista, ese liderazgo es el que cuenta con visión de futuro, y que desea fortalecer a la sociedad potosina de la Región Centro a través de la unión de voluntades, recursos y esfuerzos, y ese es el perfil de Sonia Mendoza. Su entusiasmo constante, su deseo manifiesto de transformar a San Luis Potosí, así como su compromiso de que no volveremos a pasar otros tres años ahogados en basura, inseguridad y falta de agua, son elementos esenciales de un discurso que busca motivar a quienes aún se muestran indecisos a la hora de pensar a quién darán su voto. Es el tiempo de las mujeres, ha dicho, y yo creo que es el tiempo de las mujeres que son líderes. He dicho.
No encuentro razones válidas, útiles o razonables para refrendar el apoyo al PRIAN por tres años más, a pesar de que su eslogan de campaña pretende recurrir a la desconfianza de que más vale malo conocido que buena por conocer, lo cual es un pensamiento mediocre. El PRIAN ha fracasado en la capital del estado. Y aunque el juego de palabras de la Sonia Metropolitana de esta columna incomode a más de uno, habrá que preguntar a los liderazgos de los ayuntamientos vecinos: si pudieran votar en la capital, ¿por quién lo harían? ¿Por el futuro, o por el pasado? ¿Por un PRIAN cuyo modelo de gobierno ya demostró estar agotado, o por un modelo de izquierda que también quiere cambiar el rostro de la capital del estado como lo está haciendo en los municipios donde gobierna el Partido Verde?
Eso es lo que, en el fondo, nos debe llevar a reflexionar el voto a los capitalinos; sobre todo si los municipios vecinos sí quieren aprovechar la oportunidad histórica de tener autoridades locales, estatales y municipales dispuestas a trabajar de la mano porque ideológicamente comparten la misma vocación: que el pueblo sea el gobierno y el beneficiario de los frutos de la patria, al mismo tiempo -esto le duele a los oligarcas y a sus empleados.
Si miramos hacia el 2027 con los dos filtros que se pueden adaptar al telescopio de la especulación política, veremos la prolongación del desastre que ya representa el PRIAN, o la recuperación de la grandeza de San Luis Potosí de la mano de la alianza de izquierda PVEM-Morena-PT.
Está en las manos y en la consciencia de la sociedad potosina decidir, más allá del color de los signos partidistas, si le damos luz verde o le dejamos luz roja al desarrollo de la capital del estado.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es poeta, escritor, comentarista y consultor político. Actualmente ocupa la Dirección General de Estudios Estratégicos y Desarrollo Político de la Secretaría General de Gobierno del Estado. Ha llevado la Dirección de Publicaciones y Literatura de la Secult-SLP en dos ocasiones, y fue asesor de Marcelo de los Santos Fraga de 1999 a 2014, en el Ayuntamiento y Gobierno del Estado de SLP, y en Casa de Moneda de México. Ganador de los Premios Nacional de la Juventud en Artes (1995), Manuel José Othón de Poesía (1998) y 20 de Noviembre de Narrativa (2010). Ha publicado los libros de poesía “Loba para principiantes”, “El oscuro linaje del milagro”, “Áreas de esparcimiento”, “Colibrí reversa”, “Materiales de guerra” y “Tu nombre en la hojarasca”.