Por Victoriano Martínez
La invasión de aguas negras en las colonias Los Silos, Los Molinos. Las Mercedes, Valle de las Recuas y Dolores Trompeta, en torno a la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Tanque Tenorio, es un adelanto de lo graves que pueden ser las consecuencias de haber dado por concluida una concesión sin tomar las medidas pertinentes.
Juan José Rodríguez, en sus dos más recientes entregas de su columna Las Nueve Esquinas en el periódico Pulso, describe con detalle la historia de la Planta de Tanque Tenorio, desde la forma en que se originó, se concesionó a una empresa internacional especializada y ahora es operada por la Comisión Estatal del Agua (CEA) ante la conclusión del periodo concesionado.
El columnista de Pulso conoce el proyecto de Tanque Tenorio desde que se comenzó a planear a mediados de la última década del siglo pasado, ya que ocupó el cargo de secretario General de Gobierno y, desde entonces, conoció de primera mano los alcances que tendría la planta, y los compromisos que representaba para el Gobierno del Estado.
“La planta de Tanque Tenorio es parte medular del llamado Programa Integral de Saneamiento de la zona conurbada San Luis-Soledad, que comenzó a proyectarse a mediados de los 90s, en el gobierno de Horacio Sánchez Unzueta; continuó en el de Fernando Silva Nieto (1997-2003) y tuvo su gran logro en 2006, ya con Marcelo de los Santos, al iniciar operaciones esa moderna instalación, de las más avanzadas en su tipo a nivel nacional e internacional”, escribió.
Juan José Rodríguez describió la forma en que, el 20 de febrero, cuando se cumplió el plazo de la concesión a la empresa Veolia, ésta preparó la entrega y sólo acudieron a recibirla personal jurídico y de administración de la CEA.
“Cuando vieron que todos los ingenieros, químicos, laboratoristas, mecánicos y demás operadores de Veolia ya se iban, entraron en pánico y pidieron a la empresa que se quedaran unos días más. Para no verse tan crueles les dejaron dos técnicos y adiós”, relató.
Con la responsabilidad encima, en la mismísima tierra de las enchiladas, el actual gobierno se percató de que eso de tratar aguas residuales no son enchiladas… y los efectos de asumir el control de la planta sin contar con el personal capacitado ya comenzaron.
El propio Juan José Rodríguez, en su columna del pasado jueves, reporta que personal técnico de la Termoeléctrica de Villa de Reyes le informó que se “redujo a un tercio su capacidad de generación de energía eléctrica, debido a que Tanque Tenorio dejó de suministrarle suficiente agua gris, indispensable para su funcionamiento”.
Se trata de un primer efecto de una deficiente operación de la Planta de Tanque Tenorio que, durante los últimos 18 años se encargó de proveer de 450 litros por segundo de aguas grises a la Termoeléctrica.
Un efecto de consecuencias millonarias por lo que representa en cuanto a que obliga a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a maniobras de redistribución de energía para mantener el servicio en las áreas de influencia de la Termoeléctrica de Villa de Reyes.
La contaminación que hoy se denuncia en el entorno de la Planta de Tanque Tenorio, por lo señalado por Federico Padilla Sierra, director de Operaciones del Sector Público de Veolia México, es otro indicador de la deficiencia con que se opera actualmente la tratadora de aguas negras.
“Uno, que no estén operando los equipos correctamente; dos, que no estén controlando el proceso correctamente; o tres, falta de pericia por algún evento descontrolado, que quizá se les flotó un decantador”, fueron las tres posibilidades que pueden explicar la fuga de aguas negras señaladas por quien conoce a detalle la forma de operar de la Planta de Tanque Tenorio.
Antecedentes y precisiones técnicas ante las que el director de la Comisión Estatal del Agua (CEA), Benjamín Pérez Álvarez, se limita declaraciones para responsabilizar al Interapas, asegurar que no hay fallas y afirmar que la CFE ya habría señalado problemas en el suministro de aguas tratadas.
De un gobierno que se ha caracterizado por mentir para justificarse, las declaraciones de Pérez Álvarez –ante la gravedad del tema– exigen que no sólo reaccione con su dicho, sino que aplique un amplio ejercicio de transparencia –otra de las mayores deudas de este gobierno– para documentar públicamente sus afirmaciones.
¿En qué se basa para responsabilizar al Interapas? ¿Por qué no exhibe los documentos que avalen que efectivamente opera sin contratiempos la Planta de Tanque Tenorio? Deben existir bitácoras o reportes de algún tipo que lo comprueben.
¿Por qué no exhibe los documentos que demuestran que se entregan puntualmente los 450 litros por segundo de agua tratada a la Termoeléctrica de Villa de Reyes? También deben existir bitácoras o reportes.
Hoy ya son dos los indicios de una deficiente operación de la Planta de Tanque Tenorio: (1) la versión proporcionada por técnicos de la Termoeléctrica al columnista Juan José Rodríguez sobre fallas en el suministro de agua tratada, y (2) la invasión de aguas negras en colonias vecinas atribuidas a tres posibles causas internas por deficiencias al operar la tratadora.
A 18 días de que la CEA se hizo cargo de la Planta de Tanque Tenorio, dos presuntos efectos de su deficiente operación ya hicieron su aparición. Sólo falta que regresen los tiempos en que se desconfiaba de las verduras y hortalizas producidas en Soledad de Graciano Sánchez porque sus sembradíos se regaban con aguas negras.