Texto y fotografías de Abelardo Medellín
La administración de Villa de Pozos, nuevo municipio de San Luis Potosí, inició su primer día de gestión tarde, sin personal en las áreas y con una fila de ciudadanos poceños esperando ser atendidos.
A las 7:55 de la mañana de este miércoles 2 de octubre, las oficinas municipales de Villa de Pozos, antiguas oficinas delegacionales del Ayuntamiento de San Luis Potosí, amanecieron con la presencia de dos grupos distintos de personas: quienes esperaban poder realizar trámites retrasados y las trabajadoras de las oficinas recaudadoras de la Secretaría de Finanzas (Sefin), que no podían ingresar a sus espacios.
Desde temprano, jóvenes y adultos, quienes trabajan en el giro del comercio ambulante, se formaron a las afueras del nuevo palacio municipal para preguntar si ahora sí se les iba a expedir los permisos de funcionamiento que han esperado durante al menos una semana.
Al frente del edificio, un solitario elemento de la Guardia Civil Estatal (GCE) les informaba a todos los ciudadanos que las oficinas permanecerían cerradas hasta que llegara un encargado de la nueva administración.
Dieron las 8:00 horas y el encargado no llegó.
En una de las jardineras de la plaza principal de Pozos, un grupo de cinco trabajadoras de la Sefin discutían el retraso de los revisores públicos poceños, pues según comentaron, son las encargadas quienes abren las oficinas de la recaudadora y con el retardo de ellos se retrasaron las actividades de la oficina de la Sefin.
A las 8:10 de la mañana, el elemento de la GCE que resguardaba la puerta, el único vigilante de las vacías oficinas, abandonó su puesto, subió a su motoneta particular y dejó las oficinas abiertas y sin seguro.
Para las 8:20 de la mañana, una trabajadora de la nueva administración llegó al lugar, entró al palacio, pero al ver las oficinas vacías, regresó por donde había llegado y decidió esperar como el resto de los ciudadanos, sentada en la plaza principal.
Veinte minutos después, al sitio arribó un trabajador municipal que primero abrió las oficinas de la recaudadora y luego, con velocidad y prisa, abrió una por una las principales oficinas.
Al filo de las nueve de la mañana, una hora después de su inicio formal de actividades, dos trabajadoras del nuevo municipio se apersonaron en el patio central del Palacio y comenzaron a recibir a los ciudadanos que asistieron a realizar trámites.
Siete de cada diez personas que entraron tenían el mismo pendiente: obtener un permiso para venta de parte de la Dirección de Comercio.
Los comerciantes, reunidos en grupo, le explicaron a los trabajadores municipales que la Feria de San Francisco de Asís había comenzado desde el pasado 27 de septiembre, pero debido al cambio de gobierno se les había negado la expedición del permiso para instalarse en la feria por el cambio de administración.
Las trabajadoras les dieron la explicación que se repetiría durante las próximas horas con todos los ciudadanos que llegaron a realizar un trámite:
“Ahorita no hay titulares en ninguna área, apenas los van a nombrar, si quiere venga a medio día o mañana”.
Al ver que los ciudadanos se aglomeraban en el patio central del Palacio y sin posibilidad de ofrecer otra solución a las muy diferentes necesidades, las trabajadoras optaron por organizarlos con turnos escritos a mano.
Comenzó entonces el desfile de turnos; cada que un ciudadano llegaba era anotado a mano en una libreta de raya por una trabajadora, mientras la otra escribía en papelitos números de turno para respetar el orden en que llegó cada persona.
Muy pronto, el sistema quedó rebasado, pues aunque la mayoría asistió al sitio por temas de Comercio, otros tantos llegaron para solicitar información sobre otros trámites.
A las 9:10 de la mañana al palacio arribaron personas como el trabajador de una funeraria que esperaba poder obtener una licencia de entierro para un difunto, pero como el Registro Civil aún no tenía nombramiento, el joven recibió un boleto numerado y se vio obligado a esperar.
Otro caso fue el de un vecino de las colonias cercanas al centro de Villa de Pozos, que buscaba resolver el problema que tiene con su suministro de agua.
Según narró la persona a una de las trabajadoras, desde hace meses el suministro de agua sufre de intermitencia y, a pesar de los problemas, el Interapas pretende cobrarle el triple de la tarifa normal.
Las trabajadoras le informaron que aún no se había constituido la nueva “oficina del Agua”, y tendría que regresar mañana o más tarde; lo anterior sin explicarle al hombre que Villa de Pozos seguiría administrado por Interapas.
Las trabajadoras que atendían a las personas confirmaron que el retraso en el nombramiento de directores y titulares de área se debía a que sólo un trabajador del Ayuntamiento capitalino se quedó a trabajar en las oficinas, pero ya se han tomado las medidas necesarias para que haya más trabajadores durante el arranque de actividades.
Para las 9:30 de la mañana, Zelandia Bórquez Estrada, ex consejera electoral, había llegado al sitio para asumir su cargo como Oficial Mayor de Villa de Pozos; rápido fue recibida por trabajadores de las oficinas, con quienes fue presentada como la “la nueva jefa”.
Tras de ella llegaron regidores, como la exdiputada del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Nadia Ochoa Limón, y también el secretario general del Ayuntamiento, el también exdiputado del Partido del Trabajo, René Oyarvide Ibarra.
Todos, secretario, regidores y próximos encargados de área, se reunieron en privado en la sala de juntas contigua al patio central de palacio en espera de que arribara la concejal presidenta, María Teresa de Jesús Rivera Acevedo, para iniciar con los nombramientos.
Mientras la junta iniciaba, afuera del palacio arribaron dos patrullas de la Guardia Civil Estatal con un total de siete elementos en ellas.
Para las 10:15 de la mañana sonó el timbre del recreo de la Primaria Librado Rivera, escuela que se encuentra a contra esquina del palacio municipal, y mientras aumentaba el sonido de los estudiantes dejando las aulas y corriendo al patio, en el edificio municipal, ciudadanos cansados de esperar dejaron las oficinas con la esperanza de que, el día de mañana, hubiera alguien formalmente nombrado para atenderlos.
Para esa hora, la concejal presidenta de Pozos aún no llegaba al sitio, y mientras algunos trabajadores atribuían los retrasos al tráfico kilométrico que se vivió en la carretera 57 durante la mañana, otros trabajadores, que iban de un lado a otro en palacio, discutían sobre las mismas preocupaciones:
“Es que ahorita todavía no sé dónde voy a estar. ¿Tú dónde vas a estar?, ¿todavía no te dicen?”.
Los comentarios y su afirmación de incertidumbre, dejaban ver el inicio acéfalo de una administración municipal incipiente.