The Haunting in Connecticut fue una película estrenada en el 2009 que describe los eventos sobrenaturales a los cuales se tiene que enfrentar la familia Campbell al mudarse a una casa que antiguamente fungía como funeraria.
La historia real detrás de la película.
Pero lo que no muchas personas conocen, es que esta película está basada en la historia real de la familia de Karen Parker.
En la década de los 80, la familia Parker se muda a una casa en Southington, Connecticut, esto con la finalidad de poder estar más cerca del hospital en el cual le estaban haciendo un tratamiento contra el cáncer a uno de los hijos de Karen.
La casa era realmente grande y tenebrosa; pero a la familia siempre le llamó más la atención el hecho de encontrarse con crucifijos por todo el lugar. Más tarde descubrirían el equipo funerario con el cual preparaban antes ahí a los cadáveres, además de una gran cantidad de fotografías antiguas en las que las personas posaban junto a sus familiares muertos, tradición muy repetida en la época victoriana.
Al poco tiempo de haber llegado a la casa, la familia comenzó a ser testigo y víctimas de los continuos ataques por parte de varias apariciones demoniacas. Las puertas se abrían y cerraban solas; las luces encendían y apagaban de igual manera, los olores extraños se esparcían por toda la casa y la comida recién hecha o adquirida se pudría en segundos; además, escuchaban voces por las noches y pasos a toda hora… Pero llegó un momento en el que los ataques se volvieron más violentos, y fue entonces cuando decidieron contactar a Ed y Lorraine Warren, famosos demonólogos e investigadores paranormales.
La investigación de los expertos.
En 1988, Ed y Lorraine investigaron el caso, dándose cuenta de inmediato de que la familia Parker decía la verdad. De hecho, tiempo después, Ed Warren comentaría para un documental de la NBC que él llegó a ver las apariciones de dos niñas jugando y riendo en la habitación principal, pero cuando se acercó a ellas, las niñas desaparecieron.
Lo más espeluznante de esta historia, es que la misma Lorraine Warren afirmó que la película no es tan aterradora como lo fue la experiencia real. Aunque también aseveró que hoy en día, la casa está libre de espectros, pues en 1988 se llevó a cabo un exorcismo en la propiedad, lo que la libró de las presencias demoniacas que allí habitaban…
