Tiempo de inicuos

Por Leonel Serrato Sánchez

Para miles de niños y jóvenes iniciaron las vacaciones de Semana Santa; algunos trabajadores también gozarán de algunos días de asueto, y los burócratas, esos no perdonan fecha, saldrán en tropel a descansar de la dura labor de servir a los potosinos, aunque no deja de resultar curioso que los gobiernos laicos se tomen descanso siendo que el Estado no tiene religión, y desde luego no celebra fechas litúrgicas.

Como sea muchas personas tendrán días de descanso, merecido o no, pero de descanso al fin; si usted es de esas afortunadas, tómese con calma todo lo relacionado con el periodo vacacional, para que no corra peligro y en verdad descanse, y si es su caso tenga un espacio para la reflexión y su reencuentro con Dios. Yo soy católico, por ello me tomo la libertad de abusar de su paciencia en estos términos.

Le deseo de todo corazón que encuentre en estos días de máxima observancia para la Cristiandad una oportunidad para recomponer lo que cree que está mal, y sobre todo para sentar las bases que le eviten ir por malos caminos.

Mi deseo tiene especial destinatario en Usted que no es honrado, sino bribón; en Usted que simula ser persona de bien, que se hace pasar por decente e íntegro pero que no desaprovecha oportunidad para ver a quien friega; en Usted que resulta ser mendaz y abusivo, sea en la iniciativa privada o en el sector público; en Usted que sin rubor alguno va por el mundo jodiendo al próximo, espero sinceramente que tenga oportunidad de que se le quite lo hijo de la tiznada y aproveche la oportunidad de reconciliación con la verdad, la bondad, la generosidad y la luz que ofrece el máximo sacrificio del Hijo de Dios en la Cruz.

Si bien Dios no endereza jorobados, y tampoco hace por Usted lo que Usted mismo no es capaz de hacer por sí, créame que sí puede conmoverle y cambiar para su bien y el de todos; mire, si Usted es diputado, aunque parezca que no tiene remedio, que todo está perdido y que es por demás cualquier recomendación, este es un tiempo extraordinario de mortificación de millones de cristianos en todo el mundo, y esos sacrificios espirituales pueden hacer que a Usted se le quite lo vago, lo cínico y lo tunante.

Somos muchos los que nos vamos a dormir y nos levantamos pidiendo a Nuestro Señor que a los integrantes de la Asamblea de vagos les ablande sus duros corazones, y pedregosos sentimientos, que los convierta en seres de provecho; y es que no puede ser de otro modo, toda la dificultad que eso entraña hace aún más intenso nuestro ruego.

Estoy totalmente convencido de que si alguien puede quitarles lo interesados, agarramoches y cínicos a los promotores de la trama Panavi, no puede ser sino el que está en lo alto, porque Él lo hará con bondad y paciencia, mientras que si a uno de ciudadano ordinario se lo encargaran, varias jetas estarían rotas a estas alturas del partido.

Muchos de los pillos que andan promoviendo la aprobación de una modificación leonina a un convenio de suyo abusivo no alcanzan a ver el daño tremendo que le causarán a la hacienda pública de nuestra empobrecida ciudad capital, porque les ciega la ambición; venden a su pueblo, ciertamente por muchas más que 30 monedas, pero con iguales o peores intenciones que el original en el Monte de los Olivos.

Aunque parece postergado indefinidamente el que el Pleno del Congreso del Estado conozca todo lo relacionado con la trama Panavi, ahí está latente, en espera de un descuido de parte de la ciudadanía para dar el zarpazo mientras nadie los observa, como ahora, en Semana Santa que están todos de descanso y en pleno recogimiento y contrición; Así como aumentó el pasaje del transporte urbano –¿recuerda Usted que hace cuatro semanas escribí en Pulso sobre el aumento?– en plenas vacaciones para que los estudiantes, que son los más perjudicados con esta alza dijeran algo o participaran en manifestaciones o protestas.

Haciendo las cosas a escondidas de la gente, a sus espaldas, así funcionan ahora los gobiernos, siempre a espaldas de la población, timándola y orillándola a la desesperación.

Ahora no importa ya el color o signo de los gobernantes, porque todos parecen coludidos en perjudicar a la población, y todos parecen también dispuestos comportarse con el mismo cinismo.

¿Qué más esperan de la ciudadanía esas malas personas que están en el gobierno?

Ya más nada pueden sacarnos, estamos pobres, estamos desesperanzados, estamos frustrados por sus múltiples mentiras, estamos asqueados por su inmensa capacidad para corromper, estamos ahítos de tantas tranzas, de tantos saqueos, de tantas simulaciones y atracos a ojos vistos.

Ya nada nos asombra, incluso que los propios gobernantes estén metidos hasta el cuello como cómplices de los integrantes del crimen organizado; que policías sean los asesinos, que los contralores sean los rateros, que los fiscales sean los delincuentes, que los defensores del pueblo nomás le den tortillas, agua de garrafón y despensas, al tiempo que promueven que nos asalten sin pudor alguno nomás porque son júniores y mirreyes.

Pero frente a esos inicuos, colección variopinta de ladrones, asesinos, corruptores, y mentirosos, está la mayoría de la gente que es buena, honrada y vive esperanzada de que vendrá un tiempo mejor.

Les podemos decir, con ocasión de la Semana Mayor y todo lo que de reflexión, contrición, perdón y reconciliación significa para la Cristiandad, que los buenos somos más, que los honrados somos más, que los íntegros somos más; que los que amamos la verdad y la decencia somos más, y que no perdemos la esperanza, ni la fe.

Que mientras ellos venden su alma por dinero, nosotros pedimos por su conversión; que no les tenemos miedo, aunque sean directa encarnación del mal; que no les tenemos miedo por más que sean cárteles peligrosos del narcotráfico y del crimen organizado los que estén detrás de los que nos abusan; que no le tenemos miedo a su amenazas, ni ambición por su sobornos, y que por el contrario, esperamos que tengan ocasión de arrepentirse.

Temario

  • No le dejo tema pendiente, porque todo está pendiente, mejor disfrute sus vacaciones.

Leonel Serrato Sánchez

unpuebloquieto@gmail.com

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