Toledo y la protección de la Sierra de San Miguelito

Alejandro Rubín de Celis

Mientras Xavier Nava Palacios se retracta de la posición que mantuvo unos meses y abre la puerta a la posible urbanización en la Sierra de San Miguelito (SSM), el titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Toledo prácticamente confirma lo dicho en mayo pasado por el presidente López Obrador de que la sierra no se toca al asegurar que “eso va para adelante y nadie lo va a parar ya”.

Después de haber declarado en distintos momentos que la Sierra de San Miguelito no es urbanizable, lo que se confirmó en el marco de la consulta pública para el Programa Municipal de Reordenamiento Territorial y el Plan de Centro de Población, el alcalde declaró recientemente que en el municipio de San Luis Potosí habrá más de cinco mil hectáreas susceptibles de urbanizar, incluidas tierras situadas en las delegaciones de Pozos y la Pila, y que no descarta que una parte sea en la SSM.

La nueva postura de Nava Palacios obedecería al señalamiento que hizo la titular de la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental, Yvett Salazar, quien aseguró que el ayuntamiento no tiene facultades para declarar a la sierra como Área Natural Protegida, atribución que sólo corresponde a la federación y al estado.

Nava Palacios sigue teniendo además la presión de los desarrolladores inmobiliarios que buscan construir el ambicioso proyecto Cañadas en 2 mil 69 hectáreas situadas en San Juan de Guadalupe y sus anexos Tierra Blanca y San Miguelito.

Para ello se han reunido en privado con el alcalde y hay indicios de que manipulan a comuneros que supuestamente serán sus socios para que por su lado promuevan amparos y presionen a la autoridad aduciendo que son dueños de su tierra y pueden decidir sobre ella, y desacrediten las estrategias que llevan a cabo organizaciones ambientalistas, presidentes de Juntas de Mejoras y comuneros opositores para evitar que el ayuntamiento autorice el cambio de uso de suelo en la zona pretendida por los constructores.

Además, los desarrolladores siguen haciendo uso de medios de comunicación que son sus aliados ─algunos de los empresarios involucrados son dueños de medios en los que se apoyan─ para ejercer presión sobre el alcalde bajo la idea de que no hay suficiente espacio en el municipio de San Luis Potosí para la construcción de edificios y fraccionamientos.

Por su parte, los grupos opositores mantienen la estrategia de presentar, en el marco de la consulta pública, documentación oficial y argumentos para demostrar que es ilegal e inviable la urbanización en la SSM dados los graves daños que puede provocar. De acuerdo con información de esos grupos, se han presentado alrededor de 600 paquetes individuales de documentos por parte de ciudadanos que simpatizan con  su movimiento y que buscan proteger la sierra y asegurar los importantes servicios ambientales que presta.

Y mientras todo esto sucede, el doctor Víctor Toledo prácticamente ha dado la señal que evitará que se concrete el proyecto inmobiliario Cañadas en esa zona.

Al participar en el Encuentro Nacional de Formadores Políticos del Instituto Nacional de Formación Política de Morena, el pasado 22 de febrero, Toledo respondió así a pregunta expresa sobre la situación de la Sierra de San Miguelito: “Estamos pendientísimos, no solamente vigilantes de la Sierra de San Miguelito. La Sierra de San Miguelito es un área protegida que va a quedar justamente pegada a la ciudad de San Luis Potosí, y ahí estamos pendientísimos de que no se vaya a modificar sus divisiones, su territorio”.

Y con este señalamiento dejó en claro que la SSM no se va tocar: “También estamos en contacto permanente con los grupos ambientalistas de San Luis Potosí, estamos dialogando con ellos. No se preocupen eso va para adelante y nadie lo va a parar ya”.

Muy pocos funcionarios como el titular de la Semarnat tienen conocimiento del avance que lleva a cabo la UNAM en el estudio para definir cuál será el Área Natural Protegida en esa zona, y ha recibido de los grupos ambientalistas locales investigaciones y documentos oficiales que sustentan la inviabilidad de urbanizarla.

Con la información con que ya cuenta el doctor Toledo y la posición privilegiada que tienen en la toma de decisiones, ¿habrá alguna posibilidad de que su dicho no tenga sustento?

La interpretación que se puede hacer de lo dicho por Toledo es que las tierras codiciadas por los desarrolladores para llevar a cabo su ambicioso proyecto quedarán como parte de lo que será declarado como nueva Área Natural Protegida por el gobierno federal.

De esta manera, aún cuando Xavier Nava haya reabierto la posibilidad de urbanizar la Sierra de San Miguelito, lo expresado por el más alto funcionario de la administración federal en materia del medio ambiente deja sin efecto, en los hechos, cualquier posibilidad de que el Cabildo apruebe el cambio de uso de suelo.

La consulta pública continuará hasta el próximo 3 de marzo y aunque los empresarios ─con el apoyo de comuneros afines─ sigan ejerciendo presión para que su proyecto quede incluido en los planes de crecimiento y reordenamiento del municipio de la capital, todo parece indicar que ya nada podrán hacer para lograr su objetivo.

De ser así, será una de las más importantes victorias alcanzadas por la sociedad civil en la historia reciente de San Luis Potosí, que ha desplegado esfuerzos y estrategias pocas veces vistos y con resultados favorables hasta ahora para su causa.

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