Tragicomedia tricolor con aires de funeral

Antonio González Vázquez

El impresentable, Alejandro Moreno Cárdenas, fue reelecto en la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional.

En sesión plenaria del Consejo Nacional, “Alito” fue ungido como líder del tricolor para el período 2024-2028.

Es el primer dirigente reelecto en los 95 años de existencia de ese partido, hoy reducido a franquicia electoral.

Apenas habían pasado 72 horas desde la estruendosa derrota electoral del 2 de junio, cuando se emitió la convocatoria a la XXIV Asamblea Nacional Ordinaria a celebrarse el 7 de julio, en la que se aprobaron reformas estatutarias entre ellas la reelección de las dirigencias nacional, estatales y municipales hasta por tres períodos consecutivos.

Luego, emitió la convocatoria al proceso electivo a celebrarse el día 11 de agosto. Se registraron dos fórmulas a la presidencia y Secretaría General: Alejandro Moreno Cárdenas y Carolina Viggiano Austria, así como Cuauhtémoc Betanzos Martínez y Lorena Piñón Rivera.

El proceso interno avanzó hasta ayer bajo sospechas de ilegalidad y simulación. Habían anunciado una elección abierta con la instalación de mesas de casillas en las principales ciudades del país, a donde acudiría más de un millón de priistas a emitir su voto.

No fue así.

A puerta cerrada, la sesión del Consejo inició a las diez de la mañana en el auditorio Plutarco Elías Calles, de la sede nacional del PRI. Instalaron urnas transparentes y votaron 450 consejeros de las 32 entidades federativas; la militancia fue excluida.

En agosto de 2019, “Alito” fue designado presidente del partido, su período concluiría el día 18 del mismo mes de 2024, sin embargo, en diciembre de 2022 impulsó una modificación a los estatutos para ampliar su gestión hasta el término de los comicios federales bajo el pretexto de que resultaba imposible renovar la dirigencia en pleno proceso electoral presidencial.

Ayer, cerró su primer período extendido e inició su segunda etapa a concluir en 2028, aunque su intención es sostenerse en el cargo hasta el 2032 al frente de la franquicia revolucionaria.

Los resultados negativos de su liderazgo son elocuentes: ha perdido diez gubernaturas, una elección presidencial, es la quinta fuerza política en la Cámara de Diputados y tercera en el Senado de la República, además de que ha disminuido en 5 millones su padrón de afiliados.

Morena gobierna 23 estados y el PRI 2; muestra palmaria de una debacle que continuará irremediablemente.

En la pasada elección presidencial, el PRI aportó solo 5. 7 millones de votos a su candidata Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, mientras que, en 2018 con José Antonio Meade, había sumado 7.6 millones de sufragios.

Poderoso partido hegemónico de Estado en el pasado, el PRI de “Alito”, está encaminado a sobrevivir miserablemente en espera de migajas electorales, sin mayor propósito que mantener el registro y con ello, las sustanciosas partidas del presupuesto otorgadas por la vía de prerrogativas oficiales.

Sara Rocha Medina, presidenta del Comité Directivo Estatal y diputada plurinominal electa encabezó la representación del priismo potosino que, sin desdoro, se sumó a la estruendosa ovación a Moreno Cárdenas cuando orgulloso, levantó el pulgar de la mano para mostrar que había votado.

Los priistas, constituidos en auténtica camarilla dieron las últimas paladas a su tumba.

“Alito” ganó con 440 votos contra 8 de la planilla contraria y tras el conteo de las boletas se procedió a la toma de protesta. Sin lugar a dudas, afirmó, se ha tratado de una “Jornada electoral ejemplar como solo los priistas sabemos hacer”.

Con el 97 por ciento de la votación por Moreno Cárdenas es imposible refutar que el proceso fue una farsa, la culminación de una tragicomedia barata que tendrá un nuevo episodio: la presunta refundación del partido.

En los próximos meses, anunció el dirigente reelecto, se iniciará un proceso de reflexión y análisis para definir su nuevo rumbo porque “el PRI no volverá a ser un partido de élites ni de notables, sino de militantes”.

El chiste se cuenta solo: el objetivo es “recuperar la confianza de la ciudadanía”.

La desastrosa realidad de ese partido en el plano nacional, encuentra en San Luis Potosí un escenario igual de lamentable con miras al 2027. Frente al Partido Verde Ecologista de México y Morena, el PRI no es nada.

No da más. Es un membrete anacrónico condenado a su extinción.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.

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