Por Victoriano Martínez
La primera Ley de Transparencia en el Estado se publicó en el Periódico Oficial el 20 de marzo de 2003, a seis meses de concluir la LVI Legislatura y el sexenio de Fernando Silva Nieto. Algo así como hágase la transparencia en los bueyes de nuestros sucesores. Una consigna que los políticos mantienen vigente.
El diputado Alejandro Leal Tovías presentó una iniciativa de reformas a la Ley Orgánica del Poder Legislativo que será turnada este jueves a comisiones en la que propone que los diputados elaboren y publiquen su proyecto legislativo en sus primeros 15 días en el cargo y que anualmente presenten un informe que también sea publicado.
La iniciativa se presenta seis meses antes de que termine la Legislatura y, de alcanzar a aprobarse por los actuales diputados, su vigencia aplicará para quienes resulten electos el 2 de junio.
“Este Congreso de San Luis Potosí, deberá ser cristalino”, afirmó Leal Tovías en su iniciativa, con la referencia a un incierto futuro, porque ese es el tiempo en el que ubica el cumplimiento de sus convicciones por la transparencia.
El 30 de septiembre de 2021, Leal Tovías tuvo la oportunidad de demostrar con hechos su convicción de lograr un Congreso del Estado “cristalino”, pero no presentó su proyecto legislativo sobre el que ya habría tenido que publicar al menos dos informes sobre su cumplimiento.
En lugar de eso, una semana después, el 7 de octubre de 2021, protagonizó otro desplante de convicción por la transparencia que sólo fue eso, un desplante: propuso que los diputados no sólo presentaran sus declaraciones 3de3 (patrimonial, de intereses y fiscal), sino que fueran 5de5 (añadía carta de no antecedentes penales y prueba de antidoping), y hasta 7de7.
Su desplante no alcanzó ni siquiera para que la propuesta se convirtiera en iniciativa y resultaba lógico: como secretario de Gobierno no fue capaz de promover que el Poder Ejecutivo se adhiriera a la Plataforma Digital Estatal del Sistema Estatal Anticorrupción para publicar la 3de3, lo que el gobierno actual mantiene en uno de tantos indicadores de su opacidad.
Un desplante precedido por una larga trayectoria de opacidad de Leal Tovías que incluye la evasión de atender a la iniciativa 3de3 por la integridad promovido por Transparencia Mexicana para que los candidatos a cargos de elección publicaran sus tres declaraciones.
De los casi 6 mil candidatos que hubo en el Estado para las elecciones de hace tres años, sólo 31 candidatos publicaron sus documentos (el 0.5 por ciento) … y Leal Tovías no se contó entre ellos.
Una actitud de opacidad que echó por tierra la falsa proyección de un personaje que al asumir un nuevo cargo parecía ser un converso a la transparencia, pero todo quedó en un desplante que su labor como diputado lo contradijo.
En diciembre, Leal Tovías sorprendió con un espectacular en el que se leía la frase “Para dar seguridad a los potosinos… no se necesita ser polisía” y la referencia a su “II informe legislativo”.
Se podría pensar, aunque anunció su informe cuatro meses después de lo que hoy propone como fecha para su presentación, que ese acto fue un antecedente que le da congruencia a su iniciativa que se turnará a comisiones mañana, salvo porque no se encontró un solo rastro del informe que promocionó.
La transparencia no admite ni la simulación ni ser anunciada a futuro. Se es o no se es transparente, pero eso parece ser algo que tiene sin cuidado a Leal Tovías en tanto exista un documento con el que pueda afirmar que impulsa la transparencia… aunque sea en los bueyes de quienes los sucedan.