Por Victoriano Martínez
En seis meses, el Interapas pasó de ser un organismo que aprovechaba una de las formas que permite la Plataforma Estatal de Transparencia (PET) para simular ser transparente en exceso a desentenderse del tema, al grado que ahora exhibe que poco le importa difundir la información a la que lo obliga la Ley de Transparencia.
De 267 formatos con información que debió publicar en los primeros tres meses de este año, montó en la PET 167, que representan con 62.55 por ciento.
Una respuesta a la Ley de Transparencia que contrasta con la que se dio en los últimos tres meses de 2021, cuando en lugar de publicar 267 formatos, publicó 279. Es decir, una transparencia al 104.49 por ciento.
Que haya rebasado el 100 por ciento en transparencia en los primeros tres meses de la actual administración no significa que se haya abatido la opacidad, sino que la información montada en la PET la subieron repetida, con errores o vacía y, por tanto, representa una acumulación de basura en el sistema, como la mayor parte de la información que suben todas las dependencias.
En octubre, el Interapas subió 95 formatos. Aparentemente 6 más de los que está obligada. En ocho de las fracciones repitió archivos y acumuló 21 formatos. Si se depura esa repetición, el resultado es que incumplió con 7 obligaciones.
Para el caso de noviembre, los formatos repetidos aparecieron en 22 casos que acumularon 53 formatos, lo que representa que su 14.6 por ciento de cumplimiento registrado en la PET en realidad se convierte en un incumplimiento del 32.58 por ciento. En diciembre, en ocho casos acumularon 18 formatos, que ocultaron el incumplimiento de 6 delas 89 obligaciones.
En los primeros tres meses de este año, sólo han repetido formato en un caso en enero. Es decir, en estos tres meses se abandonó el esquema de simulación de cumplimiento cuantitativo que reporta la PET, y queda exhibido el nivel real de cumplimiento por número de formatos publicados.
Un cumplimiento con los formatos del 90.8 por ciento en enero por el caso de un formato repetido, del 27.59 por ciento en febrero y del 72.41 por ciento en marzo.
Un cumplimiento de forma, que arroja en automático la PET por ser la simple contabilidad de formatos publicados que permite engaños como cumplimientos muy superiores al 100 por ciento, y poco tienen que ver con que auténticamente se ponga a disposición de la población la información que ordena la Ley.
La evaluación cualitativa de la información le corresponde a la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública, pero lleva más de dos años sin realizar las verificaciones a las que está obligada.
De contar con esos estudios, se conocería el verdadero nivel del acceso a la información pública que representan esas cifras que cuantitativamente de por sí exhiben niveles preocupantes de opacidad no sólo en el caso del Interapas, sino de los 238 sujetos obligados (dependencias) que deben difundir de oficio su información pública.
El paso del Interapas de una transparencia simulada a una abierta opacidad no es exclusivo de ese organismo, pero sí es muy representativo de que los 238 sujetos obligados tienen campo abierto para ocultar su información porque, sea a través de la simulación o el descaro, saben que no enfrentarán consecuencias.
