Por Victoriano Martínez
El espectáculo con un toque de suspenso en que se ha convertido la elección de gobernador del Estado tras las votaciones del 6 de junio se desarrolla en tres pistas, con los partidarios de Octavio Pedroza Gaitán temerosos de aplaudir lo que ven que ocurre aparentemente a su favor, en tanto que los gallardistas con una alharaca triunfalista pretenden confundir al resto del público.
Seis de los protagonistas del número previo se plegaron, casi en cuanto terminó su acto en la boleta, a la porra gallardista, aunque como mudos ocupantes de esa parte del graderío. Sólo Marvelly Costanzo, la candidata de Movimiento Ciudadano, se mantuvo al margen.
A las pistas entraron el Instituto Nacional Electoral (INE), el Tribunal Estatal Electoral (TEE) y el Tribunal Federal Electoral (TRIFE). Sus piruetas y malabares mantienen a la mayoría del público entre atentos a lo que hacen y distraídos por la estridencia de un histriónico triunfalismo roji-verde que pretende adelantarse al desenlace del espectáculo.
Cuando todos esperaban que en su pista el INE atravesara la cuerda floja de la dictaminación sobre los topes de campaña, el consejero Ciro Murayama dio tales volteretas que generó la confusión de todos.
La porra gallardista tuvo que guardar sus matracas para otro momento, si es que les llega, ante la devolución del dictamen que pudo reforzar su triunfo para que sea “robustecido” con una investigación más exhaustiva y tres quejas adicionales sobre el origen, monto, destino y aplicación de los recursos utilizados en campaña por Ricardo Gallardo Cardona.
Entre los partidarios de Pedroza Gaitán surgieron leves manifestaciones de entusiasmo, opacadas por un acto de contorsionismo de Murayama, publicado en el periódico El Universal, cual si afirmar que no hubo candidato a gobernador que violara los topes de campaña fuera un guiño al ala más ruidosa entre los espectadores y olvidara que su actuación debe atender al interés de todos.
En la pista del TEE, sus dos magistradas y el magistrado se mantenían a la espera de una señal desde la pista del INE, trepados en un balancín desde el que lanzan resoluciones sobre asuntos menores y uno que otro coqueteo con gallardía –como descartar a los influencers– sobre el tema que tiene a todo el público expectante: la resolución de los juicios de nulidad de la elección de gobernador.
Denisse Porras Guerrero, magistrada presidenta del TEE, casi al inicio de su entrada a escena, con un pequeño acto de escapismo, adelantó que después del 22 de julio, fecha en la que se esperaba que en la pista del INE se determinara si Gallardo Cardona rebasó o no los topes de campaña, emitirían su dictamen.
El público en general creyó que la determinación esperaría a que en la pista del INE ese acto se consumara con la presentación del nuevo dictamen robusto y exhaustivo, hasta hoy todavía pendiente.
La porra gallardista adoptó como estrategia hacer creer que en la pista del INE un secundario, y casi entre bambalinas, acto de prestidigitación dejaba claro que Gallardo Cardona había ajustado sus gastos a lo permitido: en 274 elecciones locales hubo rebases de topes de campaña, pero en ningún caso por candidatos a gubernaturas, los reforzó el contorsionismo de Murayama.
La confusión se apoderó del público en general que no sabía si atender el estruendo triunfalista de los gallardistas, el discretísimo entusiasmo de los seguidores de Pedroza Gaitán o poner atención en la pista del INE.
La presión gallardista no sólo era ejercida sobre la opinión del público –con una narrativa en su estridencia de asumirse desde ya como el próximo gobierno, con anuncios sobre el inicio del proceso de entrega-recepción y con actos de sumisión de distintos sectores, como membretes empresariales y hasta el clero– sino también sobre los tres protagonistas de la pista del TEE.
Como si de un juego de malabares en la pista del INE algunas clavas volaran hasta la pista del TEE, Porras Guerrero dio cuenta por estrados de la llegada de la dirección electrónica para que pudieran consultar los dictámenes correspondientes a los puntos 3.46 y 3.47 del orden del día de la sesión del INE del 22 de julio, sobre los gastos de campaña.
Con la publicación del aviso de sesión para este viernes 30 de julio a las 9:30 horas y los puntos a tratar, entre los que se encuentra el proyecto de resolución de los expedientes TESLP/JNE/29/2021 y TESLP/JDC/126/2021, sobre la petición de nulidad de la elección de gobernador, todos los reflectores de la carpa enfocaron hacia la pista del TEE.
Con tantas luces proyectadas sobre las dos magistradas y el magistrado, resulta casi invisible la presión gallardista para precipitar la determinación que, se había anunciado, esperaría la resolución definitiva en la pista del INE sobre cuatro quejas que aún pueden modificar el informe general sobre los gastos de campaña.
Una presión –por la alharaca gallardista y otras maniobras adicionales– sobre los tres actores de la pista del TEE, que resulta claro el nerviosismo de quienes realizarán por primera vez el acto de tragafuegos y tragasables para complacer a ese sector de los espectadores. Sí, fuentes muy cercadas a esos tres protagonistas adelantaron que el dictamen declarará improcedente la nulidad.
Con los reflectores momentáneamente enfocados en la pista del TEE, en la del INE los preparativos para su acto de dictaminación de las cuatro quejas pendientes continúan, en tanto que en la –hasta ahora en las sombras– pista del TRIFE se adivinan ciertos movimientos de calentamiento para entrar a escena en cuanto reciban las impugnaciones contra el acto de las magistradas y el magistrado.
Para entonces, los actores de la pista del TEE habrán quedado bien con la porra más estridente y hasta habrán sido ovacionados con gallardía. Librado el trance, habrán tomado asiento en las galerías de la carpa para volverse tres espectadores más de las piruetas, malabares, escapismos y saltos de trapecio en las pistas del INE y del TRIFE.
El final del espectáculo está cada vez más cerca.