Por Antonio González Vázquez
Una tromba en el municipio de Armadillo de los Infante durante el desarrollo de una fiesta de jaripeo que congregó a cientos de personas, dejó un saldo de cuatro muertos y daños materiales muy cuantiosos, reportó la Unidad de Protección Civil.
La tragedia resultó de la probable responsabilidad de las autoridades municipales que autorizaron un evento al que asistirían cientos de personas sin contar con medidas preventivas, de modo tal que los vehículos de los asistentes fueron estacionados a la vera del arroyo y en una parte, incluso dentro del cause del río.
Aproximadamente a las 8:30 horas del domingo inició un aguacero que se extendió durante unos 45 minutos. Cerca del lienzo charro donde se celebraba el jaripeo y donde después habría baile, está un río o arroyo que siempre está seco.
Los asistentes al evento que llegaron en autos y camionetas se estacionaron en pleno arroyo y a orilla de éste. Cuando empezó la lluvia que en la zona de la sierra alcanzó el tamaño de una tromba, el agua empezó a correr por el arroyo antes seco y tomó desprevenidos a muchos que intentaron abordar sus unidades para salir de ahí.
Muchos no lo lograron y fueron arrastrados por una corriente de entre tres y cuatro metros de altura. La fuerte corriente arrastró decenas de vehículos que se volcaron o fueron a chocar contra bordos y árboles.
La Procuraduría General de Justicia reportó cuatro muertos, entre ellos, una niña de solo seis años de edad: todos por ahogamiento.
De suyo, el gobernador Juan Manuel Carreras López y los integrantes del gabinete de seguridad recorrieron la zona siniestrada e instalaron mesas de trabajo junto con el ejército mexicano para ayudar a la población.
Pese a que el ejecutivo acudió a la zona, se limitó a ofrecer sus condolencias a los deudos de las víctimas, pero no solicitó al alcalde Rutilo Ramírez Roque, una explicación de porqué no se aplicaron protocolos de protección civil para el caso de presentarse algún fenómeno perturbador como la tromba.
