Lima, Perú (04 de agosto de 2016).- Un grupo de turistas dañó considerablemente las Líneas de Nazca, una de las zonas arqueológicas más importantes de Perú y de América Latina.
El terrible hecho ocurrió el fin de semana en la región de Ica, en la Reserva Nacional de Paracas. Cuatro turistas dañaron una famosa zona aledaña conocida como “El Candelabro” que se calcula tiene aproximadamente dos mil 500 años de antigüedad, denunció el Servicio Nacional de Áreas Protegidas por el Estado (SERNANP).
Según la publicación de Facebook, la policía de Turismo incautó dos camionetas, una cuatrimoto y un auto. Aunque los turistas intentaron darse a la fuga, lograron ser detenidos.
El domingo cuatro peruanos ingresaron ilegalmente a esta zona y atropellaron literalmente miles de años de historia. Por ello, la Fiscalía Provincial de Pisco, en la región, abrió proceso penal por los delitos de alteración al paisaje y modificación del suelo contra Erick Hare Bedoya, de 18 años; César Ignacio Peschiera Villa García, de 19 años; Samuel Possa Oliva de 21 años y José Miguel Devescovi de 31 años.
SERNANP impondrá una sanción administrativa contra cada uno y los infractores tendrán que realizar los trabajos necesarios para nivelar el suelo y restaurar el paisaje afectado.
Un caso poco común.
Según Pedro Gamboa, jefe del SERNANP, el 94.72% de las áreas naturales protegidas a nivel nacional está “en buen estado de conservación” gracias a la vigilancia y labor educativa de 680 guardaparques, el monitoreo satelital y el uso de drones y cámaras trampa (equipos que toman fotos con sensores), comentó en entrevista con Publimetro Perú.
La cifra restante abarca zonas amenazadas en mayor o menor medida por el cambio de uso de suelos, la tala o la minería ilegales. Los atentados como el ocurrido en El Candelabro, señala Gamboa, son poco comunes.
A pesar de estas cifras positivas, indica, existe un déficit de $14 millones de dólares anuales para mejorar la vigilancia, que consiste en: contar con áreas delimitadas y tener jefes de área suficientes; entre otras acciones.
“El tema económico siempre ha sido una preocupación. Hay zonas donde un jefe de área se encarga de cinco ANP por temas de presupuesto”, asegura.
Sin embargo, ante la falta de dinero, el sector opta por el ingenio y las alianzas estratégicas para proteger el patrimonio. Tienen convenios con las comunidades, pescadores y operadores turísticos, para permitirles hacer un aprovechamiento sostenible del espacio a cambio de proteger el lugar, multiplican la seguridad.
De hecho, la rápida intervención de la Policía y el SERNANP en el atentado de El Candelabro fue posible gracias a la alerta de un operador turístico que vio el hecho desde el mar, destaca.
Fuente: Publímetro.