Por Victoriano Martínez
De pronto, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) relató la llegada de tiempos en los que “un gran número de enemigos veían como un lujo la enseñanza superior y profesional, en un momento en el que el Estado no estaba en condiciones de atender siquiera medianamente la enseñanza elemental y primaria”.
También mencionó que a esa casa de estudios se le veía como “una incubadora de reaccionarios y sugerían suprimirle la entrega de recursos, mismos que podrían destinarse a la educación popular”.
Desde luego, se trata de un relato que nada tiene que ver con un gobernador que se pregunta “¿Por qué le tendríamos que dar más dinero a la UASLP?”.
Tampoco tiene relación alguna con que en el ejercicio fiscal 2022 el gobierno estatal le haya quedado a deber 152 millones 467 mil 714 pesos de los recursos convenidos el 10 de enero del año pasado.
Mucho menos con un Alejandro Zermeño Guerra como rector agradecido porque hace un año el gobierno le prestó 50 millones de pesos para, por ejemplo, poder librar el pago de las dos primeras quincenas de esa anualidad.
Claro, hay que diferenciar que una cosa es una incubadora de reaccionarios y otra muy distinta ser refugio de personajes oscuros.
También hay mucha diferencia entre señalar que los recursos que se le dan se pueden aprovechar para otros niveles educativos contra la afirmación de que sólo quieren más dinero para robárselo.
Así que sobre el relato con que inicia este texto, para diferenciarlo plenamente de ciertas circunstancias actuales que enfrenta la UASLP, habrá que ubicarlo en su origen y, con ello, en su momento.
Se trata de la breve reseña titulada “Rafael Nieto Compeán y su discurso en defensa de la educación superior”, publicada en el micro sitio de la UASLP con motivo del primer centenario de su autonomía.
Ahí se indica que el discurso fue pronunciado en febrero de 1921, durante la graduación de los alumnos de la institución, en un ambiente aún marcado por la inercia revolucionaria.
Se expone la actitud de un gobernador que establece una inmensa diferencia entre lo que pudiera haber de similar en el relato de aquel momento y lo que hoy, cien años después, es una postura totalmente opuesta de un mandatario que no sólo atenta contra la UASLP, sino que al hacerlo denigra el cargo y la política.
“Deseo anunciar una trascendental reforma en la organización del Instituto. En mi concepto, es ya tiempo de que este establecimiento educacional constituya una entidad moral independiente y alejada de los vaivenes de la política. Al efecto, está ya en estudio la organización de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí”, anunció Nieto Compeán, según cita el relato.
Menos de dos años después, el 10 de enero de 1923, se publicó el Decreto 106 que elevó el Instituto Científico y Literario a la categoría de “Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
A seis días de que se conmemore el Primer Centenario de la autonomía de la UASLP, el decreto 565, firmado por el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, le reduce la aportación estatal a la Universidad en 22 millones de pesos contra lo presupuestado para el año pasado.
Cuando Gallardo Cardona preguntó “¿Por qué le tendríamos que dar más dinero a la UASLP?” no lo hizo de manera retórica, sino que anunció su intención de quitarle recursos a la Universidad, como en los hechos lo hizo mes con mes durante el 2022.
Al 31 de diciembre, de acuerdo con el Tablero de Cumplimiento de las Ministraciones, el gobierno estatal cerró con un adeudo a la UASLP por 152 millones 467 mil 714 pesos, coincidentemente una cifra apenas superior al monto del crédito que Zermeño Guerra anunció que solicitarán por 150 millones de pesos para cumplir responsabilidades fiscales y sueldos de este mes.
La suma de las aportaciones que sí hizo el gobierno estatal llegó a 232 millones 278 mil 771 pesos y presenta otra coincidencia: son 50 millones de pesos menos que la cifra asignada a la UASLP en el Presupuesto de Egresos de 2022. Si se piensa mal –para acertar– se puede decir que adicionalmente se cobró a lo chino el préstamo que le hizo hace un año.
En sentido estricto, Gallardo Cardona violó la Ley del Presupuesto de Egresos 2022 e incumplió el Anexo de Ejecución 2022 del Convenio de colaboración UASLP-SEP-Gobierno estatal, y le generó un faltante que ahora Zermeño Guerra, antes que exigir lo que le corresponde a la UASLP, lo pretende resolver con un préstamo.
Así el panorama previo a la conmemoración del Primer Centenario de la Autonomía de la UASLP, el próximo martes.