Por Victoriano Martínez
Hoy se sustituirá en el muro de honor del Congreso del Estado el epígrafe “Benemérita Universidad Autónoma de San Luis Potosí” por “Centenario de la Autonomía Universitaria”. Hoy, el rector Alejandro Zermeño Guerra insistirá en la autonomía que más embates ha sufrido en el gobierno de Ricardo Gallardo Cardona: la autonomía financiera.
Dos hechos que, de existir una comunidad de personal administrativo, académico y estudiantil de la UASLP con verdadera convicción universitaria, serían motivo de movilizaciones y manifestaciones de formas diversas con tal de celebrar un reconocimiento, pero especialmente para apoyar una demanda urgente ante el maltrato financiero desde el gobierno estatal.
Grupos con disponibilidad de horario ya estarían organizados para estar frente al Congreso del Estado para lanzar consignas de apoyo a la petición que hará el rector. En los distintos planteles aparecerían mantas de apoyo, o de perdida una que otra cartulina con las mismas consignas. Ya se verá el entusiasmo y la participación de los universitarios.
Aunque el pronóstico no puede ser más que pesimista. Están por cumplirse 25 meses de un gobierno estatal cuyo titular ha vilipendiado a la UASLP, al grado de quedarse con parte de los recursos federales que como intermediario debe entregar a la Universidad y no ha habido un solo universitario, sea en grupo o de manera individual, que haya alzado la voz.
Si se trata de la comunidad estudiantil, a pesar de que resulta la más afectada, muy poco se puede esperar ante el nivel de apatía y desinformación que padecen, como lo mostró Mariana de Pablos en su minucioso y detallado trabajo presentado este martes en Astrolabio Diario Digital.
“Si bien los estudiantes están al tanto de sus carencias y hacen una dura crítica ante estas, nadie, o muy pocos, se interesan por explicárselas y saber cómo podrían resolverse”, concluyó tras describir los hallazgos de la amplia encuesta realizada en 11 facultades.
Fácil quejarse de las carencias, pero más fácil refugiarse en la apatía de la falta de interés por tratar de encontrarles una explicación para contribuir a buscarles una solución. Una apatía que arrojó un dato impresionante: el 78.4 por ciento de los estudiantes no sabe quién sostiene presupuestalmente a su Universidad.
Si no saben cuál es el origen de los recursos económicos que hacen posible que accedan a su formación universitaria, poco se puede esperar que sepan que el gobierno del Estado le adeuda 174 millones 162 mil 146 pesos, con corte al mes de septiembre, del subsidio que debió transferir de los recursos que, para eso, le envió el gobierno federal.
Una apatía de la que no sólo se puede responsabilizar a los propios estudiantes, sino que –ante esa ignorancia de información tan elemental– las propias autoridades universitarias tienen parte de responsabilidad, al no desarrollar campañas de comunicación interna que hagan ver a los estudiantes que su formación es posible por los impuestos de toda la población.
Una omisión que además reduce, o quizás anula, la posibilidad de que los futuros egresados asuman un compromiso con la sociedad, no sólo por la razón de ser de la carrera que cursaron, sino por un sentido de correspondencia con quien lo hizo posible, que es toda la población con el pago de sus impuestos.
Si no se promueve entre los estudiantes el espíritu universitario, mucho menos se le mantiene al tanto de las vicisitudes por las que atraviesa la institución. Una comunicación interna que no funciona ni en defensa propia como para contar con el respaldo de la comunidad universitaria ante embates como los gallardistas, que dificultan su funcionamiento normal.
Hoy el rector Zermeño Guerra expondrá una vez más la importancia de lograr la autonomía financiera, esa que no parece entusiasmar a la comunidad universitaria y que protegería a la UASLP de actitudes caprichosas como las de Gallardo Cardona, que la ha tratado con tal desprecio que la ha perjudicado económicamente.
Una iniciativa alineada con la idea que originó la autonomía hace cien años, expresada por el gobernador Rafael Nieto Compeán, en 1921 cuando ya se analizaba darle autonomía a la hoy UASLP: “es ya tiempo de que este establecimiento educacional constituya una entidad moral independiente y alejada de los vaivenes de la política”.
Zermeño Guerra anunció que se busca que desde el Congreso del Estado esté aprobado que entre el 1.7 y el 1.8 por ciento del presupuesto que va a recibir el Estado sea asignado a la educación superior, y no sea una decisión del Ejecutivo en turno.
“Sería su forma de ir creciendo, de ir ampliando la cobertura de los planes y programas de estudio, de abrir nuevos campus universitarios o nuevas licenciaturas o nuevos laboratorios porque tendríamos el recurso para ir creciendo”, expresó durante la sesión del Consejo Directivo Universitario de este miércoles.
Entre los integrantes del Consejo Directivo Universitario parecen tenerlo muy claro… pero pareciera que no lo dejan salir de ahí, y esa urgencia no es comunicada por sus integrantes a la comunidad de sus respectivas entidades educativas.
Si lo hicieran, la develación del epígrafe “Centenario de la Autonomía Universitaria” en el muro de honor del Congreso del Estado, y la demanda de autonomía financiera que ahí se dará, se vivirían con un ambiente de acompañamiento muy diferente.