Por Victoriano Martínez
Normal. Tras el inesperado giro que dio la elección de rector en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí el pasado 1 de abril, era de esperarse que en la mayoría de las direcciones de escuelas y facultades los titulares cambiaran –aunque pudieron haber sido todas.
De los tiempos del ex rector Manuel Fermín Villar Rubio sólo han quedado cuatro directores: los de las facultades de Estomatología y Psicología, y los de la Escuela Preparatoria de Matehuala y la Unidad Académica Multidisciplinaria Zona Media.
En el caso de la Facultad de Medicina, la renovación era obligada y se dio desde el momento en que Alejandro Javier Zermeño Guerra asumió la rectoría y lo suplió temporalmente Ismael Francisco Herrera Benavente, quien no puede ser considerado reelecto, sino ratificado.
Las 13 direcciones restantes cambiaron de titular, con lo que 14 de los 18 lugares por esa vía dentro del Consejo Directivo Universitario ya pueden ser considerados como parte del nuevo rectorado, en tanto que cuatro habrán de adecuarse a los nuevos lineamientos de la recién renovada administración universitaria.
Las otras dos terceras partes del Consejo Directivo Universitario (CDU) se renovarán, de acuerdo con el Estatuto Orgánico de la UASLP, dentro de nueve meses, que resulta un tiempo suficiente para ver cómo se asientan quienes, para antes de que termine este mes, asuman los cargos para los que fueron electos.
Para marzo de 2021, ya se tendrá claridad suficiente sobre el grado de sinergia que haya logrado Zermeño Guerra con los 18 directores, quienes son los encargados de convocar a la renovación de los representantes académicos y estudiantiles ante el CDU, “con acuerdo del rector”.
Un primer paso en el proceso de transformación de la UASLP propuesto por Zermeño Guerra que, de entrada, deja atrás a la mayor parte de la estructura al frente de los distintos planteles con el sello de su antecesor, lo que puede ser un buen indicador de las posibilidades renovadoras.
De entrada, con la definición de los 18 directores, Zermeño Guerra ya tiene a los interlocutores para definir lo que definió en su propuesta de trabajo como candidato a la rectoría como que “la agenda universitaria es de la sociedad, porque a ella nos debemos y con ella construimos”, y ofreció buscar la incidencia de la docencia y la investigación en la sociedad sea redimensionada.
“Que Directores y jefes de dependencias realicen propuestas conjuntas con prioridad de beneficio académico – social, recalcando siempre que se deberá buscar en lo posible la transmisión a la sociedad de los beneficios de la investigación”, propuso como parte del eje de gobernabilidad en el documento de propuesta de trabajo.
Es de suponerse que los nuevos directores ya habrán revisado el Proyecto Universitario 2020-2024 que promovió Zermeño Guerra previo a la elección de rector para alinear sus acciones con esa visión de la actividad universitaria, pero se abre el periodo en el que se tendrá que notar la capacidad que tenga el rector para impulsar lo que se propuso al buscar el cargo que hoy ostenta.
Los vientos de renovación en la UASLP siguen soplando, sus efectos aún son expectativas puestas en Zermeño Guerra y ahora también en 18 personas más.