Por Victoriano Martínez
¿Qué tanta convicción y compromiso muestra el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, quien enarbola la bandera verde ecologista, con la Sierra de San Miguelito, que fue la primera Área Natural Protegida (ANP) declarada por el presidente Andrés Manuel López Obrador con la consigna de que “no se toca”?
El 5 de enero de 2022 firmó con María Luisa Albores González, titular de SEMARNAT, un convenio para promover y proteger a la entonces recién decretada ANP con el carácter de Área Natural de Protección de Flora y Fauna, pero de su parte sólo fingió asumir el compromiso. Su firma careció de valor.
En el aniversario de la ANP Sierra de San Miguelito su gobierno no sólo no participó en la promoción a la que se comprometió, sino que boicoteó el conmemorativo Primer Festival Sierra de San Miguelito y, entre otras cosas, impidió que se realizara un concierto de la Orquesta Filarmónica de San Luis Potosí.
Un año después, en diciembre de 2023, se repitió la ausencia de cualquier tipo de participación en el Segundo Festival y en los carteles promocionales del evento sólo aparecieron logotipos de instancias federales por su participación efectiva en los actos de promoción de la ANP.
Una ausencia que se replicaba en todas las acciones en la que se ha dado una estrecha coordinación entre los Guardianes de la Sierra de San Miguelito y las instancias federales relacionadas con el medio ambiente. Tan estrecha que fueron determinantes en la forma en que se enfrentaron los incendios del pasado mes de abril, reportados por los Guardianes.
Si por un lado es nulo el compromiso por parte de Gallardo Cardona con las acciones a favor de la promoción de la preservación de la Sierra, la convicción sobre su protección corre más en el sentido de favorecer los intereses empresariales, incluidos aquellos que pretenden una depredación inmobiliaria, al grado de incurrir en delitos ambientales.
Un aspecto en el que la acción ciudadana también supera con mucho la convicción ambientalista de un gobernador auto proclamado verde ecologista pero que con sus actos y declaraciones se proclama abiertamente depredador del medio ambiente, por mucho que pretenda simular lo contrario.
La vigilancia ciudadana detectó la destrucción de diversas especies en los bordes de la ANP, la documentó en imágenes y videos, la reportó a las instancias ambientales federales y éstas iniciaron las denuncias correspondientes sobre el caso.
La respuesta del gobernador ecologista se limitó a afirmar que “es imposible, el Área Natural Protegida está a medio kilómetro arriba, es imposible que las máquinas den una vueltezota hacia arriba y luego bajen, es imposible”, como si la destrucción de las especies afectadas no constituyera un daño ecológico por darse fuera de la ANP, en su zona de influencia.
Las faltas quedaron documentadas. Una, la destrucción de especies protegidas. Otra, que se haya dado dentro de la ANP. Una más, la alteración del entorno tanto en la ANP como en su zona de influencia.
Pero hay una falta aún mayor: la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que una obra con las características de la Vía Alterna requiere no fue autorizada por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas de la SEMARNAT. Un requisito que para cualquiera con una verdadera convicción ecológica resulta fundamental.
Por muy “imposible” que resulte que “las máquinas den una vueltezota hacia arriba y luego bajen”, todos los movimientos que hacen a lo largo y ancho del tramo de Vía Alterna en el que trabajan resultan “imposibles” de nos ser un atentado ecológico en tanto no cuentan con la autorización de la Manifestación de Impacto Ambiental.
La poca convicción y el poco compromiso del gobierno de Gallardo Cardona, patente en sus actos y en sus declaraciones, contrasta con la convencida acción comprometida de la ciudadanía organizada que ya va para la cuarta jornada de reforestación de la Sierra de San Miguelito, programada para el domingo 18 de agosto.
Por cierto, en ninguna de las tres jornadas anteriores ha participado alguna representación del gobierno estatal, mucho menos directamente Gallardo Cardona, quien defiende los atentados contra la ANP, cuando desde la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas la nueva consigna es “la Sierra de San Miguelito se defiende”.