Un gobierno verde sin agenda verde

Por Victoriano Martínez

Las formas son lo de menos, el hecho es que los primeros 911 de los 2 mil 190 días del sexenio ya se perdieron sin que el tema insignia del partido en el poder haya presentado algún avance y sí en cambio retrocesos y omisiones graves en perjuicio de la población en general; es decir, la destitución del secretario de Ecología y Gestión Ambiental llega tarde.

En otras palabras, en los 30 meses que lleva el actual gobierno, difícilmente se le puede considerar como un gobierno verde y mucho menos como uno ecologista, y no sólo por responsabilidad de Emmanuel Ramos Hernández, sino también del gobernador Ricardo Gallardo Cardona, quien debió ser el primer interesado en que ahí hubiera buenos resultados.

Tan marginal le resulta el tema ecológico, que el cambio en esa dependencia pareciera resultarle irrelevante: lo anunció con tiempo, el momento en que se dio fue casi en secreto, quien lo confirmó finalmente fue J. Guadalupe Torres Sánchez, secretario general de Gobierno… y ni en la propia SEGAM se daban por enterados.

Y aunque las formas sean lo de menos, esas formas explican las razones de los nulos resultados, los retrocesos y las omisiones. Con Ramos Hernández al frente, en la SEGAM todo caminaba tan lento que parecía estático.

Quizá sea irrelevante, pero con eso de que el diablo está en los detalles, resulta que, al abrir el Sitio Web de la SEGAM, el primer aviso que aparece todavía este 25 de marzo de 2024 es “¡Tenemos nuevo domicilio! Juan de Oñate #745, Colonia Jardín. Consulta el acuerdo dando clic aquí”. El acuerdo publicado es del 6 de mayo de 2022.

Si a 689 días de su cambio de domicilio aún considera esa como la información más relevante a colocar en su Sitio Web, es posible que a ese mismo ritmo se trabaje para darse por enterados de los asuntos de la dependencia para darles seguimiento, valorarlos, actuar e informar sobre acciones concretas con la misma prioridad que se le da a su nueva dirección ya vieja.

En los 911 días con Ramos Hernández como titular son muchas las cosas que han pasado y pasaron noche para la SEGAM.

La más relevante y de mayor trascendencia, incluso global, fue la declaratoria de Área de Protección de Flora y Fauna (APFF) para la Sierra de San Miguelito, apenas 78 días después de que Ramos Hernández asumió el cargo.

En los 833 días que lleva la declaración de esa área natural protegida, la SEGAM si acaso apareció en dos ocasiones en un acto relacionado con la promoción de esa medida y fue con su logotipo en los carteles sobre el Festival Sierra de San Miguelito… sin ningún aporte concreto, sino todo lo contrario, con actos de sabotaje.

Tanto fue así, que los organizadores del Festival modificaron el cartel de la segunda edición para eliminar los logotipos del gobierno estatal y de la SEGAM por boicotearles el uso de la Plaza de Aranzazú y obligarlos de último momento a cambiar la sede al Jardín de San Miguelito.

Lejos de apoyar la declaratoria, la SEGAM jamás se pronunció sobre el daño que a la Sierra de San Miguelito le provocará la Vía Alterna, que se encuentra en proceso de licitación, incluso sin contar con la Manifestación de Impacto Ambiental aprobada por las autoridades federales.

Una SEGAM omisa en 911 días, que no realizó una evaluación para adoptar medidas sobre lo que investigadores universitarios denunciaron en el Festival Cerro de San Pedro sobre el modelo explotador del medio ambiente adoptado por las autoridades municipales y la depredación inmobiliaria que impermeabiliza las zonas de recarga del acuífero.

Una SEGAM descuidada que tiene varios días sin funcionar las estaciones de monitoreo del aire, que la mayor parte del tiempo no han operado las cuatro al mismo tiempo, y –para colmo– no aplica un buen sistema de alerta a la población para advertir sobre los momentos en que se deben tomar precauciones para no resultar afectados por la contaminación del aire.

Una SEGAM tan distraida que dejó avanzar una bomba contamientante que puede estallar en cualquier momento en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Tanque Tenorio, sin que haya advertido sobre los problemas que puede generar en no haber previsto una adecuada operación tras la conclusión de la concesión con que operaba.

Un gobierno que, con esa SEGAM, muestra el poco interés en atender las cuestiones ambientales, algunas urgentes, y lo muy lejos que está de ser verde y mucho más lejos de ser ecologista.

Un gobierno verde sin agenda verde al que le quedan mil 95 días para demostrar verdadera voluntad para ser lo que dice ser… o seguir la simulación que sólo desembocará en el deterioro ambiental en perjuicio de todos.

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