Por: Eduardo Delgado.
Diego era fan de Lionel Messi y deseaba ser futbolista. Anhelaba también ser arquitecto, para diseñar y edificarle una casa más grande a su mamá, en la que pudieran convivir sus abuelas y abuelos, primos y primas, tías y tíos, con un jardín amplio y con muchas flores. Deseos de un infante… frustrados cuando murió ahogado hace un año y un mes. Compungida, con un nudo en la garganta, hoy su madre revela: “Un mes antes lo soñé muerto”.
En ese sueño, describió su progenitora, “(Diego) ya estaba en el ataúd, había muchas flores y mucha gente; no se lo platiqué a mi hijo, para no alarmarlo. Tampoco a su papá. A nadie. Lo bloqueé automáticamente, pero me vino a la mente cuando pasó el accidente”.
Socorro Ruiz Medellín, doctora de profesión, aseguró que le restó importancia al que resultó un sueño premonitorio, mediante el que “algo o alguien” le anticipó la pérdida del mayor de sus dos hijos.
Durante los días previos a su fallecimiento “pasaron cosas muy bonitas porque fue su graduación (de primaria) y la entrega de papeles.
En aquellos días “estaba sumamente triste” porque se iba a separar de sus amigos y amigas. “Andaba decaído, pero lo que lo mantuvo con buen talante, animado, fue que iba muy gustoso al campamento e iban ir a nadar”.
También lo motivó que fue seleccionado para integrar el equipo de futbol en el campamento organizado por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y destacaba entre sus compañeros.
Pese a ello, con inocencia, Diego le preguntaba a su madre por qué no podía seguir en la primaria, con sus mismos compañeros y compañeras. “No hijo, no es posible, porque hay niños que como tú que empezaron y cursaron primero y segundo… vas a dejar el lugar a los de quinto para que pasen a sexto y para llegar a ser el profesionista que tú quieres ser tienes que seguir”, le explicó su madre.
- ¿Qué anhelaba ser?
- Futbolista en cuanto a deporte y quería, lo último que me dijo, ser arquitecto. Me dijo que su anhelo principal era construirme una casa muy grande.
- ¿Por qué?
Porque sabía que me gustan las casas y me decía: “Cuando esté muy grande te voy a construir la casa de tus sueños: muy grande. - ¿Cómo imaginaba la casa de sus sueños?
- Una casa con un jardín muy amplio, para que jugaran todos los sobrinos y primos. Siempre hacemos convivencias familiares y yo le decía: “Aquí no cabemos y necesitamos un lugar más grande”.
- ¿Qué habría querido Diego para su papá?
- Qué no hubiera querido… lo que pasa es que su papá siempre ha trabajado fuera (como operador de autobuses foráneos) y quería que estuviera más tiempo con él. Deseo que no se le cumplió.
- ¿Para su hermano qué habría querido?
- Lo quería mucho, lo protegía y lo guiaba. A Leo le ha costado mucho ser hijo único, porque siempre obedecía a Diego, lo seguía en la forma en que se comportaba, que era estudioso, ordenado, bien portado… traveseaban, peleaban, pero siempre estaban juntos y se hablaban de hermano. Nunca se dijeron por su nombre.
- Aparte de que quería ser arquitecto y futbolista, ¿qué más le gustaba a Diego?
- Quería ayudar a los niños desamparados… eso fue algo que me comentó su maestra particular: Era un niño muy noble. Me dijo que la sorprendía cuando le decía que él iba a ser algo muy importante porque iba a ayudar a los niños de la calle; le dolía mucho verlos.
- ¿El mejor amigo o amiga en la primaria?
- Hay muchos de los que no sé sus nombres. Una de sus amigas Fernanda y su mejor amigo un niño que se llama Eduardo. Una de sus mejores amigas… Mariana, que no sé si era su novia.
Un día Leo le confirmó a su mamá que Mariana y Diego fueron novios. “Yo me preguntaba a qué horas… si Diego no salía de la casa. Era un noviazgo entre infantes”, juzgó.
“Esa niña comentó en el Face que soñó a Diego y que lo había visto después de que murió, que incluso la fue a ver. Se anduvo despidiendo de ellos… muchos comentaron que lo vieron y que les dio miedo”.
Uno de los últimos deseos que Diego le pedía era que le permitiera dormir, por una sola vez, con su perro en el cuarto.
Su mascota se llamaba “Puppy” y se la compró su papá en Guanajuato, para remplazar a otro perro al que llamaba “Dayamón”, que un día se salió de su casa y se perdió, lo que le causó una gran tristeza a Diego.
Aparte “veía que la mascota de Leo se sentía muy solitaria y pensé que se iba a morir de soledad, porque todos nos íbamos a nuestras actividades y el perro se quedaba solo. Fue cuando decidimos adoptar otra mascota de la misma raza, para que se entendieran y se acompañaran y fue cuando llegó Puppy”.