Por Victoriano Martínez
Este martes se conmemoró por segundo año el Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, aprobado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas el 19 de diciembre de 2019.
Conforme a la declaratoria, la conmemoración busca resaltar “la importancia y la necesidad urgente de aumentar la conciencia pública a todos los niveles y de promover y facilitar medidas para mejorar la calidad del aire, teniendo en cuenta que un aire limpio es importante para la salud y los medios de vida de las personas”.
Unos objetivos de los que se desprenden no sólo medidas para mejorar la calidad del aire, sino el establecimiento de mecanismos efectivos para alertar a la población sobre sus condiciones prácticamente en tiempo real para evitar los riesgos que la contaminación representa para ciertas actividades y, especialmente, para grupos sensibles.
Esa es la razón por la que, en este Día Internacional del Aire Limpio, resulta paradójico que la ciudad haya amanecido con una calidad calificada como extremadamente mala, con un riesgo para la salud extremadamente alto.
Sobre la calidad del aire en la ciudad existen registros desde el 1 de diciembre de 2016 en dos estaciones: Biblioteca en la industrial Aviación e IPAC en el Barrio de Tequis. De la estación DIF municipal, en la colonia Himno Nacional, los registros comienzan el 1 de marzo de 2017 y el 1 de agosto de ese mismo año aparecen los de la estación en la Escuela de Psicología.
Esta última estación fue reubicada a partir de julio de 2018 a la Escuela Primaria 1° de mayo, en la colonia Azaleas.
Monitoreo del aire lo hay, pero sólo con esas cuatro estaciones que han sido consideradas insuficientes, ya que no cubren espacios relevantes como, por ejemplo, la zona industrial.
Además de insuficiente, el monitoreo del aire que existe resulta poco accesible para la población porque las autoridades ambientales en el estado han sido omisas en el establecimiento de un sistema de comunicación para dar a conocer las condiciones del aire para que se pueda actuar en consecuencia.
Este martes, Día Internacional del Aire Limpio, debió comenzar con una alerta a la población para que limitara sus actividades al aire libre y, en los casos de grupos sensibles, se abstuvieran de salir de sus viviendas.
Se trata de una más de las omisiones en las que el gobierno de Juan Manuel Carreras López en materia ambiental, pero no la única.
Desde hace dos años el tema de la protección de la Sierra de San Miguelito captó el interés público por los incendios que en ella se registraron entre abril y mayo de 2019.
El 20 de septiembre de 2018, Carreras López decretó –como primera etapa– Área Natural Protegida 12 mil hectáreas en siete polígonos dispersos de la Sierra, pero a los ocho meses le lanzó la papa caliente a la Federación para no confrontarse con desarrolladores inmobiliarios.
Evadió el cumplimiento de una obligación sobre la que ya había dado un primer paso que, en tan pocos meses mostró que sólo fue un acto de simulación… para presumir en sus informes de gobierno.
Tan evasivo resultó Carreras López para cumplir sus obligaciones en materia ecológica, que ni sus propios decretos administrativos para avanzar en ese tema ha sido capaz de cumplir: el pasado 23 de agosto el Juzgado Tercero de Distrito concedió un amparo a Luis González Lozano y a la organización Cambio de Ruta por la omisión de nombrar a un Procurador Ambiental.
La omisión de ese nombramiento se da a partir del decreto administrativo que crea la Procuraduría Urbana del Estado, publicado en el Periódico Oficial el 17 de agosto de 2020, y establece 30 días para que se diera la designación. En ocho días se cumple un año sin que Carreras López haya cumplido su propio decreto administrativo.
Leyes anticorrupción, Fiscalía con autonomía, creación de un Sistema Estatal Anticorrupción, un moderno C5i2, y muchas otras presunciones en sus informes cuyos nulos resultados sólo los muestran como una larga colección de simulaciones a las que tampoco escapan las cuestiones ecológicas.
Por donde se le vea, el sexenio de Juan Manuel Carreras López se distingue por la apariencia y la simulación.