Antonio González Vázquez
La cháchara plagada de clichés se impuso en el tercer informe del alcalde Enrique Francisco Galindo Ceballos.
Una perorata insufrible de minúsculos logros que poco contribuyen a transformar a una ciudad cuyas principales problemáticas siguen intocadas, sino es que petrificadas.
Discurso desproporcionado acerca de una ciudad en la que, según el edil, todo es progreso y bienaventuranza.
El verdadero informe no es el que ofreció en la plaza, sino el que la realidad ha revelado en su cotidianidad, no de los últimos tres años, sino la de hace largo tiempo en que las promesas han caído irremediablemente al pozo de la desilusión.
Casi siete de cada diez habitantes de la capital se sienten inseguros. Disminuyó la percepción de inseguridad durante el último año, sin embargo, el municipio es una de las 40 ciudades del país donde la sensación de miedo superó la media nacional de 59.4 por ciento.
De acuerdo con un informe de la Secretaría de Seguridad y Participación Ciudadana (SSPC), la capital potosina es uno de los 15 municipios del país que concentran más casos de violencia feminicida y de género en el período de diciembre de 2018 a junio de 2024.
Durante la administración que está a unos días de cerrar trienio, se cometieron más de 600 homicidios dolosos, según registra el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Por lo anterior, la capital figura de manera permanente en la denigrante lista de los 50 municipios de prioridad para el gobierno federal por su incidencia de homicidios. Por lo general, en su reporte mensual, se ubica entre las posiciones 20 y 25 por el número de crímenes mortales.
San Luis Potosí, lo cierto, es una ciudad violenta.
El noventa por ciento de los robos a negocios de todo el estado se cometen en la capital, misma que concentra el 92 por ciento del total de robo de vehículos automotor.
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública Urbana (ENVIPE), aplicada en marzo pasado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 32 áreas urbanas, entre ellas la capital, refiere que en ésta el 38 por ciento de la población de 18 años y más siente temor de caminar acompañado cerca de su propio hogar.
En contraste, al segundo trimestre del año en curso, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) ubicó en 43 por ciento de efectividad de la autoridad municipal en la respuesta a los principales problemas que le aquejan a la ciudad.
Eso no fue parte del tercer informe de Enrique Galindo.
Así como tampoco lo fue que el 38 por ciento de los capitalinos experimentaron actos de corrupción por parte de la policía a su cargo. Tampoco dijo que la Marina tiene un nivel de confianza de 91.3 por ciento, contra 47.5 por ciento de la policía municipal.
El saldo del gobierno municipal en materia de seguridad pública es negativo, linda en el nivel del fracaso si se considera la creación de la Secretaría de Seguridad y Participación Ciudadana, así como de la fundacional PoliSía.
Esos cambios no marcaron diferencia. Seguimos tan mal como antes.
La elevada incidencia delictiva que deriva en sucesos violentos contra la población es uno de los tres problemas que Galindo había identificado al inicio de su trienio. Los otros dos, abasto de agua potable y movilidad.
El de la inseguridad, compromiso insatisfecho, pese a ser un policía de perfil envidiable. La trayectoria no hace al gobernante.
Aún está fresca la memoria colectiva sobre los estragos provocados por las lluvias en la ciudad y su área metropolitana. Los aguaceros exhibieron una vez más la severa problemática que enfrentan las y los capitalinos.
Avenidas, calles y puentes anegados, colectores pluviales y redes de drenaje colapsados, vialidades afectadas hasta hacerlas intransitables aún a vuelta de rueda.
Fue el caos con miles de vehículos varados, automovilistas desesperados que buscaban vías alternas sin encontrar salidas, mientras los peatones andaban entre los charcos, centenas de familias afectadas por sus casas inundadas.
La zona metropolitana de la capital con Soledad de Graciano Sánchez materialmente incomunicada por horas.
Lo cierto es que no se hizo nada en el delicado tema de la vialidad, del que no se fue más allá de las promesas.
Panorama similar en el caso del abasto de agua, problema no resuelto porque ha sido secuestrado por la politiquería, la necedad y notoria incapacidad de las autoridades municipales y estatales.
El organismo intermunicipal hundido en una penuria eterna con la agravante de ser objeto de intereses mezquinos de la clase gobernante, la llamada crisis hídrica utilizada por el alcalde para su posicionamiento.
Mágicamente, luego del reciente proceso electoral el municipio dio por concluida esa crisis.
El informe del edil careció de autocrítica al ser reducido a un producto publicitario cuyo objetivo es afirmar que en San Luis se vive bien y que eso, se puede ver y se puede sentir.
Fue un informe en favor de su ego al proyectar con argucia publicitaria que se trata de un alcalde cargado de vitalidad, trabajador perseverante, infatigable, encantador, emprendedor, inteligente, creativo y dedicado.
En suma, un demócrata en todo el sentido de la palabra: ¿Qué más se puede pedir?
Abrumadoramente empático, un político fuera de lo común, nunca beligerante y sí muy conciliador, solidario y responsable; un alcalde riguroso y efectivo, de ideas poderosas e innovadoras que asimila los problemas para darle respuesta a la gente.
La publicidad muestra a Galindo con las mangas de la camisa arremangadas, el rostro reflexivo y afable, la mirada serena en modo analítico, propio de una eminencia que se las sabe de todas, todas.
Un alcalde desbordante de entusiasmo, decididamente resuelto, un alcalde indoblegable, pleno de templanza y con muchas agallas.
Un político inspirador a la luz de su ejemplo de tenacidad en el objetivo de alcanzar el bien común que profesa el partido al que aún no ha decidido afiliarse porque en política nunca se sabe. Un político de buen talante y mejor genio pese a la enorme carga de sus deberes diarios en favor de la ciudad.
¿Qué más se puede pedir?
Cómo era de esperarse, la pléyade de aplaudidores oficiosos o interesados que rodean la administración municipal ya identificaron al tercer informe como la plataforma de lanzamiento de la candidatura galindista a la gubernatura en 2027.
Al menos publicistas para armar una buena imagen ya los tiene.
En sus propias palabras, hace tres años, Galindo había afirmado que recibía una ciudad en el olvido y en el abandono, condiciones no superadas al aceptar ahora que “aún queda mucho por hacer”.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.