Jan Martínez / El País
Juan David Hernández tiene 11 años y cursa sexto de primaria en la Escuela Lázaro Cárdenas, en Matamoros. La ciudad, de 900.000 habitantes, se ubica en el Estado de Tamaulipas, en la salvaje frontera con Estados Unidos. Estragada por una bestial guerra entre el cártel del Golfo y Los Zetas, el municipio presenta una tasa de homicidios 40 veces superior a la española y tres veces la mexicana.
Hijo de un técnico de mantenimiento, Juan David ha mostrado desde pequeño dotes creativas y hace un año ganó el concurso escolar ExpoCiencias a nivel regional. Su invento consistió en una ruleta electrónica que permite al maestro evitar favoritismos y elegir al azar a qué alumno preguntarle. Este año ha vuelto a triunfar.
El prototipo consta, en su parte posterior, de una placa blindada a prueba de tiros. También incluye un rastreador GPS enlazado al teléfono celular de los padres, una linterna y una alarma sónica que se activa desde el arnés. Con un peso de cinco kilos, incluidos los libros, en caso de balacera sirve a los alumnos de cómodo escudo. Basta tirarse a tierra y poner la mochila cubriendo la cabeza para sobrevivir al impacto de los proyectiles.