Una panista desagradecida

Antonio González Vázquez

Inesperadamente, Verónica Rodríguez Hernández, virtualmente rompió lanzas y lazos con su benefactor. Con aires de suficiencia, advirtió que “ninguna gratitud me esclavizará a quienes me ayudaron a llegar” a la presidencia del Comité Directivo Estatal.

Ante consejeras y consejeros del blanquiazul, reunidos en la sede del partido, tendió línea para tomar distancia de Xavier Azuara Zúñiga.

El momento culminante y no menos sorpresivo de su discurso, que marcó el cierre de la sesión, fue cuando sin mencionar al diputado federal y a su corriente que, como se ha señalado, secuestró al partido, Rodríguez Hernández les agradeció haberla apoyado para llegar a la dirigencia.

“Ninguna gratitud te puede esclavizar y se los digo a todas y todos consejeras y consejeros estatales, tienen mi palabra que ninguna gratitud me habrá de esclavizar a quienes me ayudaron a llegar a esta dirigencia estatal, les digo gracias, pero no seré esclava, buscaré lo mejor para el Partido Acción Nacional”, dijo.

Potentísimo dardo envenenado contra su benefactor y sus huestes.

Ante ese mensaje letal por necesidad, Azuara Zúñiga presente en la sesión, guardó silencio; debió sentirse burlado, ninguneado y hasta traicionado.

La encendida oratoria de la panista mereció el aplauso de la mayoría del auditorio, aunque reveló el tácito reconocimiento de que ella, primero fue “candidata oficial” a la dirigencia y que durante dos años caminó a la sombra de Azuara.

Valiente deslinde sí, aunque con las manchas de lodo que no se pueden borrar con unas cuantas frases por más floridas y elocuentes que sean.

Fue azuarista y ahora eso le parece indeseable.

Se benefició de la fraudulenta maquinaria de ese grupo al que venía sirviendo; ahora tocada por alguna luz divina ha caído en cuenta que su obligación es el partido y no un grupo o un personaje.

“Tomaré las decisiones contundentes y necesarias para que hoy nuestro partido se posicione como el mejor, no sólo en la capital sino en todo el estado”, subrayó sin temor de exhibirse como una dirigente que hasta antes del sábado hacía labor de grupo para Azuara.

Baste recordar que de esas maniobras la acusaban quienes abandonaron las filas del partido dejando extensas trayectorias de militancia.

Algo se está pudriendo en el PAN y esa putrefacción pronto será insoportable.

¿Qué ocurrió entre Azuara Zúñiga y Rodríguez Hernández?

Romper de pronto las cadenas de la esclavitud por el bien superior del partido y del estado, suena a baladronada cargada de arrogancia y prepotencia: ya no te necesito, ahora voy yo, ya tengo mis acuerdos y contigo, no me interesa, ya tengo mayoría en el Consejo, luego entonces, me estorbas, ya no me eres útil.

Algo que ilustra lo anterior: el partido y sus dirigentes, publicaron y compartieron decenas de fotografías de la sesión, aspectos generales y en su mayoría, de la presidenta con consejeras y consejeros; en ninguna aparece Xavier Azuara.

Así o más claro.

Esa clase de historias más ignominiosas que ejemplares, se repiten episódicamente en Acción Nacional desde hace ya muchos años.

Es la ambición de unos contra la de otros.

No ha sido una expresión democrática de quien de pronto decide ser libre e independiente, sino un reacomodo de fuerzas internas en un partido tan mezquino como siempre.

El rompimiento con Azuara no podía ser terso sino crudo y violento. Sus consecuencias, estarán a la vista en las próximas semanas cuando arranque de manera abierta la pugna por las candidaturas a los ayuntamientos y Congreso del Estado.

Azuara habrá perdido el control del Consejo, no así de estructuras municipales y distritales donde llegado el momento buscará imponerse.

La cuestión es que de nuevo el presagio de división es latente.  Lavar trapos sucios públicamente, es el hábito de los azules, tan lejos de ser santos y puros como intentan hacer creer.

Pero el daño puede ser menor, en el supuesto de que la dirigente haya contado con el visto bueno de Marko Cortés Mendoza, el gris dirigente nacional que le había prometido todo a Azuara.

Es probable que en el Comité Nacional se hayan dado cuenta, por fin, de que el azuarismo resultase ser ya una carga más que un activo, que eso, le restaría mucho a un panismo que no termina por levantase como verdadera oposición en San Luis.

Pretender imponer a David Azuara Zúñiga como carta principal a la presidencia municipal capitalina, pudo colmar el vaso.

Ahora sí que el filántropo de ocasión pasó a convertirse en auténtico hermano incómodo del al parecer, otrora jefe mayor del PAN potosino.

El desmarque del padrino Azuara, derivó de que éste, venía impulsando la idea de que en las elecciones locales el PAN fuese solo y no en alianza, de modo que eso le permitiría colocar a los suyos en las candidaturas.

En contraste, en la sesión ordinaria del pasado sábado, el Consejo Político Estatal avaló la propuesta de Verónica Rodríguez para ir en alianza con otros partidos en los comicios locales de junio de 2024.

Esa determinación terminó de echar por tierra los planes de Azuara, lo que le generó un enorme disgusto. Parece que no tenía señales de que su presidenta había determinado salirse del redil por el que plácidamente venía andando.

Para atenuar las cosas, la alianza que sobra decir, será con el PRI y PRD, tiene una condición muy relevante: “no ceder” candidaturas en los municipios donde el blanquiazul tiene mayor presencia y representa la principal fuerza electoral.

De ser así y llevarse esa cláusula a los hechos, por ejemplo, en la capital del estado, la candidatura será para una o un panista.

Lo mismo en sus cuatro distritos locales.

En la capital, el Revolucionario Institucional no es relevante.

Es probable que, pese a eso, Acción Nacional le ceda más candidaturas al PRI de las que realmente merece de acuerdo con su rendimiento electoral.

La tesis de Verónica Rodríguez de “ceder, sí, para construir”, no pareció ser más que parte de la exposición de motivos en favor de la alianza y para quedar bien con priistas y perredistas.

Y si no es así, qué más da: si ya traicionó a Azuara, trabajo no le costará hacer lo mismo con los aliados de la coalición.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.

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