Por: Eduardo Delgado.
Es la primer noche de otoño en el jardín de Tequis. El ir y venir de coches y unidades de transporte urbano, como máquina de reloj, no se detiene. Parejas de novios en lo suyo. Habitual la actividad en los comercios; lo mismo el puesto de tacos rojos de “Doña Camila” que en el de “Tachidito y sus Lechuzas”.
Lo único inusual es la concentración de una importante cantidad de personas en la parte sur-poniente del jardín, frente a la Iglesia. Llegan niños, niñas, jóvenes y jovencitas, adultos y señoras con veladoras en mano. Las encienden para depositarlas, como si se tratase de un altar, junto a la guarnición de cantera.
Visten playeras de blanco. Cubren con cartulinas la placa de cobre que anuncia la remodelación de la plaza en tiempos del ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta. En ellas se lee: “Unidos por “Mau”; “Justicia para “Mau”. La base y el poste de al lado también. Es una protesta pacífica.
Una joven recarga su bicicleta junto a la base, cubierta de cantera, sobre la que está colocada la placa. Lo hace como un homenaje póstumo. Con cinta adhesiva pegó, como muchas y muchos de sus compañeros, una hoja de papel en los manubrios, con la leyenda: “Unidos por Mau”. El clamor de justicia es generalizado.
La cita fue a las 8 de la noche. En la esquina de Carranza y Mariano Otero se concentró el contingente de ciclistas que participan en la tradicional rodada de los jueves. Esa que, semana a semana, recorre diversos puntos de la ciudad y que esta vez, como “mensaje”, se desplazó sobre carriles centrales de la avenida Salvador Nava, como un acto simbólico de protesta en el Día Mundial sin Auto.
En familiares y amigos, aun condolidos por el deceso de un ser querido y preocupados por la salud del papá de “Mau”, se aprecia rostros compungidos. Han sido días de intenso dolor.
Protesta pacífica, “alterada” por un participante de la rodada que llega sobre su bicicleta, con una grabadora en la mochila, de la que se escucha la canción “Imagine”, de John Lennon. Parece acorde al momento, pero enseguida deja sonar una de Juan Gabriel. Una mujer le pide respeto y baja el volumen. Se retira junto con el contingente.
Minutos después una joven mujer anuncia una plegaria por “Mau”. Enseguida otra lee en su dispositivo móvil, la que se considera como una plegaria: “Alas de Ángel”. El alboroto de infantes cerca del lugar parece acompañar, como melodía, la oración.
Piden también por la salud de Ricardo, papá de “Mau”, que permanece internado en un hospital con heridas de gravedad. “Esperamos que muy pronto se recupere. Le mandamos muy buena vibra. Sabemos que pronto va andar aquí, con nosotros. Igual a la familia mucha fuerza de parte de quienes estamos aquí”.
El mensaje transmite energía. La abuela de “Mau” agradece la presencia de los asistentes. Un hombre pide a los presentes llevarse consigo una, dos o más veladoras, para encenderlas en sus casas, para alumbrar la rodada de “Mau” al cielo.