Unidad de manual… electorero

Por Victoriano Martínez

Si en tiempo de campañas electorales el manual del electorero es claro en definir que se trata de la temporada en la que todo se vale, especialmente mentir y guardar las apariencias, no es para sorprender que por tercera ocasión se reúna a los precandidatos panistas para firmar un pacto de unidad más.

Tampoco es motivo de sorpresa que ahora hayan sido convocados por los que, sea por parecido o por mera coincidencia, hacen recordar a los sectores obrero y popular de un muy viejo PRI: una Alianza Empresarial en el papel de la CNOP, y una CTM en el papel de la mismísima CTM, pero con el partido otrora acérrimo enemigo que hoy liderará la coalición a la que se disciplinarán.

Cuando dos de los tres sectores de aquel PRI (CNOP-CTM-CNC) coincidían en un pronunciamiento, el tercero se disciplinaba y el apoyo se volvía incondicional al candidato resultante, que para entonces ya estaba definido. Hoy, con sus variantes, el ritual apunta al mismo resultado: apoyo incondicional a quien resulte candidato de entre tres aspirantes a cambio de prebendas y privilegios.

La apariencia invocada es la misma: “Pacto de unidad política por San Luis Potosí”.

El viejo PRI salía a la contienda electoral con la unidad en torno al candidato, sin importar que tuviera contrincante o fuera único.

El ahora devenido en PRI-PAN-PRD-PCP hoy busca salir a la contienda electoral con lo que parecen confesar que antes era una unidad fraccionada (o confesión de que siempre fueron lo mismo) convertida en una unidad pactada, para luchar por recuperar los no tan viejos tiempos de alternancias simuladas en las que no perdían privilegios.

Una apariencia electorera que necesariamente recurre al discurso políticamente correcto de hablar de unidad y hasta de valores democráticos para ocultar los intereses reales que los mueven a alianzas que abiertamente eran inimaginables, pero que siempre fueron el trasfondo de las contiendas electoreras con las que se repartían la administración pública.

Con todos esos antecedentes, nada tendría que sorprender, salvo la manera tan abierta y transparente con la que hoy emprenden esas intrigas y maniobras para fines inconfesables y con miras a las elecciones, que difícilmente se pueden camuflar con presuntos pactos de unidad y los discursos que los acompañan.

Una transparencia involuntaria que deja ver la forma en que evaden la transparencia obligada, por cuya opacidad se cuelan las sospechas de los intereses reales que ocultan: además de los que tradicionalmente se definen con las frases “la ideología los separa pero el presupuesto los une” y el “tapaos los unos a los otros”, en la parte empresarial se asoman negocios multimillonarios.

¿Hasta dónde tras esos gestos de buena voluntad se esconden pactos que comprometen, por ejemplo, la aprobación de programas de desarrollo urbano a modo de grandes empresarios inmobiliarios, tradicionales patrocinadores de campañas, cual si el futuro de la capital debiera ajustarse a sus proyectos y no a respetar el derecho a la ciudad –con todo lo que implica ese derecho– de todos sus habitantes?

¿Hasta dónde esos gestos comprometen el riesgo de perder los servicios ecológicos de la Sierra de San Miguelito a la ciudad; que miles de familias de las colonias María Cecilia, La Estrella, Tabacal, Salazares, Angostura y La Unión, al norte de la ciudad, no puedan regularizar la tenencia de sus viviendas, o que los ejidatarios de La Pila puedan ser despojados de sus tierras?

Se trata de un solo ejemplo de lo que puede estar oculto en el inusitado interés de un sector de empresarios, la Alianza Empresarial (AE), por emular a la antigua CNOP, y que otro sector de la propia iniciativa privada, el Consejo Empresarial Potosino (CEP), considera inapropiado.

“En los hechos dado que algunos organismos empresariales promovieron este pacto de civilidad entre 3 precandidatos de un partido tendrán que hacerlo ahora con los precandidatos de los otros partidos e institutos políticos para mantener la equidad, la igualdad y nunca hacer distinciones”, advirtió el CEP en su postura pública sobre el pacto promovido por la AE.

Una postura que con la advertencia de que “nos mantendremos atentos a los acontecimientos para actuar siempre de manera imparcial en estos casos y siempre con el espíritu de servir a San Luis Potosí y no a grupos en particular”, comparte la sospecha de fines distintos a los que se aparentan porque el manual electorero así lo recomienda.

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