Por: Eduardo Delgado.
*POR TRATARSE DE MENORES SE MANTIENE BAJO RESERVA SU IDENTIDAD.
La declaración ministerial de uno de los cuatro menores de 18 años de edad, integrantes del personal de rescate del parque acuático “Woow”, donde hace dos semanas murió ahogado Diego, confirma que ellos tampoco se percataron del incidente, pues admitió que “repentinamente” unos niños avisaron.
Junto con otro compañero, añadió, asignado como él al cuidado de infantes en el interior de la alberca de toboganes, intentaron rescatar a Diego: “Jalan al niño que se encontraba boca abajo y por la fuerza de la succión no lo pueden sacar, acercándose más gente”.
Ello consta en el expediente de la averiguación previa AP/PGJE/SLP/IE/0421/2015. Todos, originarios de Villa de Reyes, dos de 15 años y otro par de 16 años de edad, permanecieron retenidos en los separos de la Policía Ministerial del Estado y fueron liberados al siguiente día del incidente.
El primero, dijo, estaba “en la parte alta de los toboganes… dándoles instrucciones (a los usuarios) de lo que debían hacer al llegar a la alberca”, cuando se dio cuenta que una de las bombas del tobogán se apagó.
Al asomarse, vio personas sacando a un niño de la alberca y que de “manera inmediata bajo para ver si podía ayudar en algo”, pero los paramédicos ya estaban tratando de reanimarlo.
El segundo, aseveró, estaba en el interior de la alberca, instruyendo a los menores que descendían de los toboganes “para que se hicieran a un lado y no fueran golpeados por los que venían atrás”.
Sin embargo este no mencionó que junto con otro compañero, haya auxiliado a Diego.
De inicio, el tercero explicó que su labor consiste en tareas de mantenimiento y rescatista, pero que solo se desempeña como salvavidas, en cuyo caso su encomienda “es estar al pendiente de que si alguien en la alberca está manoteando sacarlo y darle los primeros auxilios”, manifestando que sabe mucho sobre ello.
Dijo que acompañado del segundo estaba en espera de los niños a la salida del tobogán, para apartarlos y evitar accidentes, cuando “repentinamente unos niños le comunican que hay una persona atorada y le señalan donde”.
Era en medio de dos toboganes, donde se ubican tres ductos succionadores del agua, y aseguró que de inmediato acude y “ya estaba junto a él (el tercero); entre los dos jalan al niño”.
A su vez el cuarto estableció que él es empleado eventual sábados y domingos en el parque acuático, “dando información del uso del tobogán, para que no suceda algún accidente”. Ese día, aseveró, se percató “únicamente que se acercó mucha gente a la alberca de los toboganes, pero no se bajó porque tenía personas en fila”.
Tres coincidieron que a la fecha del accidente tenían “como un mes de laborar” en ese centro recreativo, donde tres días fueron capacitados “como salvavidas por una persona de nombre Rafa, proveniente de Guanajuato y que al parecer es Protección Civil de aquella entidad”.