María Ruiz
San Luis Potosí, con su potencial para ser una ciudad amigable con la bicicleta, sigue enfrentando rezagos importantes en infraestructura para una movilidad inclusiva y sostenible. Un claro ejemplo es la ciclovía de avenida Himno Nacional, la más extensa de la ciudad con aproximadamente nueve kilómetros, que hoy presenta tramos deteriorados, delimitadores desaparecidos y barreras dañadas.
El problema no es nuevo. Según lo informado por el colectivo Pedaleando SLP, la falta de mantenimiento y la decisión de repavimentar la avenida sin considerar la ciclovía no hicieron más que acelerar su deterioro. Basta con recorrer este tramo para notar cómo la ausencia de delimitadores ha generado una convivencia riesgosa entre ciclistas y automovilistas. Sin embargo, llama la atención que, pese a las condiciones, aún hay quienes respetan el espacio ciclista, lo que evidencia un fenómeno clave: la infraestructura moldea nuestra conducta.
“Esto, claro está, no resuelve el problema de fondo. La voluntad individual no sustituye políticas públicas claras y efectivas. La ciclovía de Himno Nacional necesita mantenimiento urgente, y este tipo de situaciones solo podrán abordarse de manera integral con la creación de una Secretaría de Movilidad Municipal”.
Asimismo, desde la Coalición Movilidad Sostenible SLP, han reiterado que la movilidad no motorizada debe dejar de ser una ocurrencia secundaria en la agenda pública.
“Mientras existen dependencias específicas para reportar baches o fallas en el alumbrado, ¿quién se encarga de gestionar cruces seguros, banquetas en condiciones óptimas o el mantenimiento adecuado de ciclovías?”, señaló el colectivo.
Por lo que remarcaron que San Luis necesita con urgencia una dependencia que entienda la movilidad desde un enfoque humano, donde caminar o pedalear no sea una actividad de riesgo, sino una opción segura y eficiente.
“No se trata solo de infraestructura, sino de una transformación cultural que coloque a las personas —y no a los automóviles— en el centro de las políticas públicas.
Hoy, más que nunca, queda claro que la bicicleta no es solo un medio de transporte, sino un símbolo de ciudades más justas y sostenibles. Pero para lograrlo, necesitamos acciones concretas y, sobre todo, voluntad política”, apuntaron.