Veinte años en el poder

Antonio González Vázquez

¿Desearía usted que la gallardía continúe gobernando la entidad durante los próximos veinte años…o más?

Si la respuesta es afirmativa, albricias para usted porque comparte el mismo anhelo del gobernador José Ricardo Gallardo Cardona.

En la cumbre de su arrogancia, el mandatario dijo de manera rotunda: “sigamos en este gran movimiento que no llegó por seis años, que va por más de veinte años hasta lograr que San Luis sea el estado más chingón de todo México”.

Dicho eso, llamó a sus seguidores a “enterrar a la herencia maldita”.

El mandatario reveló lo anterior durante su discurso en la ceremonia de inicio de las obras de construcción del “Mega Puente Vehicular”, en el cruce de la carretera San Luis-Rioverde y el Bulevar Potosí.

Los partidos tienen como principal objetivo alcanzar el poder para aplicar su ideario político y proyecto de gobierno. Se disputan los cargos públicos en elecciones, en las que la ciudadanía define con su voto al ganador.

Lo expresado por el gobernador sería entonces una obviedad, sin embargo, no lo es del todo ya que la Gallardía más que un movimiento social, tiene características de ser una agrupación cerrada de corte caciquil, cuyo jefe nato es Gallardo Cardona.

No hay tal movimiento, sino una organización que en su corta vida ha utilizado las franquicias de dos partidos políticos para acceder al poder. El Partido de la Revolución Democrática, hoy sin registro, fue utilizado por la gallardía y cuando dejó de ser útil fue desechado.

Desde el 2019, se apoderó del Partido Verde Ecologista de México con el que Ricardo Gallardo alcanzó la gubernatura en 2021. La Gallardía enquistada en ese partido es desde hace cuatro años la fuerza mayoritaria en San Luis Potosí.

Se instauró un régimen con una visión unipersonal del gobierno. No hay proyecto de Estado, sino el de grupo cuya ambición es inconmensurable. Eso lo dejó claro el gobernador: la Gallardía perdurará hasta que San Luis Potosí “sea el estado más chingón de todo México”.

Definido públicamente en un evento oficial ese objetivo, las y los dirigentes, así como representantes populares de los partidos de oposición guardaron silencio. O tal vez no se enteraron.

Morena, PAN, PRI y MC no reaccionaron como exigía la ocasión.

¿Dónde y en qué están?

¿Acaso no están atentos a lo que hace y dice el gobernador o les resulta irrelevante?

El gobernador trazó la ruta a seguir de la mano de su partido y nadie en las filas opositoras se dio por enterado, o quizás sí lo hicieron, pero decidieron mantenerse en las sombras.

Si usted va por la negativa a la pregunta inicial, la mala noticia es que hoy por hoy no hay partido ni figura opositora que lo confronte.

De cumplirse lo que dijo el gobernador, su grupo se aferrará al poder hasta el lejanísimo 2041.

En veinte años caben tres sexenios, el primero de éstos está en curso y concluirá en 2027; le seguirá el que va al 2033 y luego al 2039.

Para la Gallardía ahí no termina la historia: su eventual estadía en el gobierno se sustenta en la notable ambigüedad que encierra la frase de “hasta lograr que San Luis Potosí sea el estado más chingón de todo México”.

¿Qué significa eso?

Dos respuestas necesarias.

Implicaría abatir la pobreza en sus diversos rangos y con ello, eliminar la desigualdad social. Aproximadamente un millón de personas viven en condiciones de pobreza y el 20 por ciento de éstos, en situación extrema.

O bien, colocar a la entidad como la más segura de todo el país, lo que representaría reducir al mínimo la incidencia delictiva y de manera especial, los crímenes de alto impacto.

En el país el estado más seguro en materia de homicidios dolosos al cierre de 2024 fue Yucatán con 44 ejecutados; San Luis Potosí registró 444 víctimas. Es decir, diez veces más.

Con independencia de si la Gallardía llegó por veinte años o más al gobierno, o sí fue una exageración, ocurrencia o altanería de quien tiene pleno control del poder, resalta el mutismo opositor.

De Acción Nacional se podría entender el silencio porque se encuentran en plena coyuntura de ruptura por el botín que representa la dirigencia estatal. Los panistas están metidos de lleno en su infierno luego de que durante cuatro años no han recriminado ni exigido nada al gobierno.

El Revolucionario Institucional en vías de extinción no inquieta a nadie, lo mismo que Movimiento Ciudadano que es una minoría insignificante.

Morena es el único partido con fuerza y organización crecientes para enfrentar a la Gallardía en las urnas, sin embargo, se encuentra maniatado a los intereses de la estrategia nacional que sostiene al Verde como aliado del segundo piso de la cuarta transformación.

La dirigente estatal, Rita Ozalia Rodríguez Velázquez ha dicho en el 2027 no habrá alianza, pero resta lo que se pueda decidir desde el Comité Nacional. Para Morena, ir en solitario a la elección por la gubernatura no es suficiente porque Ricardo Gallardo, con el respaldo de la dirigencia nacional del Verde, estará en condiciones de negociar acuerdos políticos por encima de los intereses del propio partido.

Ya lo hicieron en 2021, así que ¿Por qué no podrían hacerlo otra vez?

De hecho, la reforma presidencial contra el nepotismo electoral fracasó respecto de su propuesta inicial de entrar en vigor en 2027. Eso no le convenía al PVEM y negoció con Morena en el Congreso de la Unión para aplazar la prohibición hasta el 2030.

Si ese partido-parásito logró modificar la primera iniciativa de reforma constitucional de la presidenta Claudia Sheibaum Pardo, entonces tiene la fuerza suficiente para negociar favorablemente la gubernatura potosina.

Sabedor de eso, Ricardo Gallardo no tuvo ningún reparo para alardear que hay Gallardía para 20 años y más.

En las elecciones de 2027 se pondrá a prueba la ambiciosa meta de prolongar indefinidamente la estadía del gallardismo en palacio de gobierno.

De salvar el reto en las urnas, la hipotética estadía de la Gallardía sería hasta el lejanísimo 2041 para colocarse en condiciones de ir por más.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.

Skip to content