(VIDEO) Disciplina, constancia y pasión por el boxeo: Fátima Herrera, la primera mujer potosina en Juegos Olímpicos

Estela Ambriz Delgado

Momentos antes de subir al ring, Fátima se siente tranquila, con la paz que pueden dar 15 años de entrenamiento y seis horas diarias de preparación previa, una gran disciplina, compromiso y pasión. Al estar arriba todo su cuerpo automáticamente empieza a moverse más rápido, su corazón comienza a palpitar con mayor velocidad, su piel se eriza y escucha los gritos de la arena, de su entrenador, y cuando está enfrente del rival no existe más que la concentración total en sus movimientos, estudiarlos, esquivar sus golpes y conectar los más certeros.

Fátima Patricia Herrera es una joven promesa del boxeo olímpico a sus 22 años. La primera boxeadora mexicana que gana un combate en Juegos Olímpicos, tras su participación en París 2024, y la primera mujer potosina en participar en la justa deportiva, colocándose en el lugar número 8 del mundo.

Entrevistada en el ring del Centro de Desarrollo Comunitario Ponciano Arriaga, ubicado en la calle del mismo nombre en la zona norte de la capital potosina, en el que hace unos días con motivo de su recibimiento fue inaugurado un mural en su honor, Fátima nos comparte desde sus inicios en el pugilismo y su experiencia al competir en el máximo nivel deportivo.

Descubrió su pasión por el boxeo alrededor de los siete años de edad, de la mano de su hermano Omar Coronado, quien era boxeador y tras culminar su carrera decidió ser entrenador en 2009 y poner una escuela en un pequeño jardín, en donde Fátima, junto con su hermana y el más pequeño de la familia, asistían a clases.

Astrolabio: ¿Cómo descubriste tu pasión por el boxeo?

Fátima: Por mi hermano que es mi entrenador, pero en ese tiempo terminaba su carrera de boxeador y después comenzó a entrenar en un jardincito. En ese jardín había jueguitos y yo al finalizar cada entrenamiento me quedaba jugar. La realidad es que, como estaba muy pequeña, era porque al finalizar el entrenamiento me quedaba en los juegos a jugar, pero ya después al mes, a los dos meses, comenzó más el gusto ya no tanto por ir a jugar, sino ya me gustó más el boxeo y me enamoré de él.

Apenas un año después de iniciar con su entrenamiento, a los ocho años, Fátima se subió por primera vez a un ring, y contrario a lo que se pudiera pensar, nunca se sintió nerviosa, ya que ante la poca participación de niñas, en su mayoría entrenaba con hombres y tenía que hacer sparring con ellos. Posteriormente, a sus 15 años, peleaba con mujeres de hasta 25 o 30 años de edad.

A: ¿Recuerdas qué sentiste esa primera vez que te subiste al ring?

FH: Yo creo que mucha adrenalina porque la verdad no me daba nunca nervios (…) yo creo que adrenalina, como lo que siento igualmente ahorita, que ya soy más grande, siento mucha adrenalina, y tranquilidad, porque disfruto mucho lo que hago.

El box, una vida

En primer lugar, Fátima aclara que si bien este deporte se ha practicado en su familia, no es cierto que su abuelo fuera boxeador, como han afirmado otros medios de comunicación, sino que todo comenzó por su hermano mayor, quien les contagió su gusto por el pugilismo.

A: ¿Qué significa el box en tu vida?

FH: Me apasiona muchísimo el boxeo, lo disfruto, amo este deporte y yo creo que me ayuda a sentirme muy bien conmigo. Esa es la parte fundamental para mí en el boxeo y más lo relaciono a lo que es la vida, porque muchas veces te puedes caer, te puedes tropezar, te puedes encontrar piedras en tu camino como en la vida, y sólo tú decides si levantarte o quedarte en la lona, y yo creo que eso es lo que más me llena, me apasiona.

A: De alguna manera como mujer, ¿tú sientes que este deporte te empodera?

FH: Yo creo que sí, sí me hace sentirme fuerte, no sólo físicamente, sino mentalmente me ha ayudado mucho, más que nada con mis inseguridades, con mi baja autoestima, porque es un deporte rudo, entonces eso me ha ayudado a cambiar mi forma de pensar. Entonces sí lo considero un deporte rudo, pero un deporte muy bonito porque tiene el lado de demostrarme cosas bonitas, como lo es ir a conocer lugares, conocer personas, salir de tu zona de confort; eso te hace sobresalir un poco del resto.

La experiencia en París 2024

Para Fátima, el camino hacia la clasificación a los Juegos Olímpicos fue complicado y con muchos sentimientos encontrados; previamente enfrentó varias derrotas, y para llegar a ello tuvo dos oportunidades antes del torneo clasificatorio mundial en Bangkok, Tailandia, a las que no pudo ir, haciendo más difícil lograr la victoria. Aunque finalmente pudo clasificar venciendo a la canadiense McKenzie Wright.

Sin embargo, se siente orgullosa y llena de satisfacción de haber competido en Olímpicos, y de ser la primera mujer potosina en participar en la justa deportiva más importante, pero sobre todo de ser un ejemplo para todos los y las mexicanas.

Aunque ya había participado en competencias internacionales, como los Juegos Centroamericanos, y ya conocía lo que es una villa y estar con la delegación mexicana, en París 2024 las instalaciones eran de mayor magnitud y belleza, además de que la asistencia de personas abarrotaba el lugar.

 A: ¿Cómo fue tu experiencia en los Juegos Olímpicos, estar ahí representando al país?

FH: Cuando tuve la primera pelea que fue con la chica de España, volteé a ver toda la arena y estaba súper llena de gente, y a diferencia de las otras competencias es que esta estaba llena y las demás, sí va gente, pero no se llena (…) y volteaba a ver y había banderas mexicanas, a diferencia de las otras es que casi no se da ese apoyo.

A: ¿Cómo fue tu preparación mental previo a las peleas?

FH: Cuando subo previo a eso procuro estar muy tranquila, en tener esa paz en mi interior, porque como te comento no siento nervios, no siento esa ansiedad por pelear. Yo creo que lo he sabido controlar muy bien durante los 15 años que tengo entrenando, no quiere decir que no sienta, que no sea un ser humano, pero como ya estoy acostumbrada a eso, me es difícil sentir nervios.

Siento mucha tranquilidad. Antes de irme, siempre acostumbro a bañarme, después procuro hacer mi oración, concentrarme, pedir que me vaya bien, bajar bien del ring o cualquier otra cosa que yo requiera y ya después ahora sí me voy a lo que es la arena, ya después eso, estoy en el calentamiento, me vendan (…) después salgo por un túnel o una puerta. Voy tranquila y ya cuando subo al ring que es cuando empieza a moverse todo mi cuerpo más rápido, mi corazón empieza a palpitar más rápido, mi piel se pone chinita, escucho los gritos de la arena, escucho al entrenador, empiezo a sentir cómo van bajando las gotas de sudor y ya cuando estoy enfrente del rival, ya se acaba todo eso y empiezo lo que es la pelea.

A: La pelea contra la turca que era seis años mayor que tú ¿fue muy complicado por su experiencia?

FH: Bueno, yo sabía que iba a ser difícil porque, uno, ella es número uno en el ranking, entonces iba a ser difícil en la cuestión de un poco el favoritismo, porque me tocaba pelear no nada más con ella sino con los jueces (…). Yo siento que también fue un poco la experiencia, porque ella tiene muchas mañas, veía que le pegaba fuerte y le dolían mis golpes y me abrazaba, empezó a correr.

Entonces, iba matando mis tiempos, porque al abrazarme ya se perdían unos segundos, el estar corriendo, se perdían más segundos, entonces sí más que nada fue la experiencia, ella ya tiene mucho callo, pero de ahí en fuera yo creo que no sentí que lo hiciera mal, sino simplemente la experiencia y que ella es más conocida que yo.

Yo creo que eso también ayuda mucho que te conozcan, porque al final del día sí hay favoritismo, quizás sí la perdí, pero así como ellos calificaron tal vez se me hace un poco injusto, pero es la decisión de los jueces, y no me queda más que respetar.

A: Sin embargo, eres la número ocho del mundo ¿qué sensación te da saber esto?

FH: Me siento muy feliz porque no cualquiera logra esto que yo logré. Primero que nada, el ganar una pelea en Juegos [Olímpicos] que también nadie lo ha logrado en el boxeo femenil, porque sí ha habido boxeadoras en Juegos Olímpicos, pero no ganaron una pelea, entonces eso me llena más de orgullo, de motivación de saber que estoy haciendo las cosas bien y ser la número ocho, siento que es un gran logro. Yo creo que me gustaría seguir avanzando para estar más cerca del podio.

El financiamiento para poder competir

Para la competencia clasificatoria en Tailandia, la Federación Mexicana de Boxeo y la Comisión Nacional del Deporte (Conade) apoyaron a Fátima con una parte, y ella tuvo que costear el resto. Sin embargo, al no contar con el recurso suficiente, su entrenador pidió apoyo tanto a las autoridades como entre amigos y conocidos, quienes hicieron sus aportaciones y se sumaron a la respuesta positiva del Ayuntamiento de San Luis Potosí, logrando con ello costear el viaje.

En el caso de su participación en París 2024, sus boletos de avión de ida y vuelta fueron pagados por la Conade, su estadía fue en la villa olímpica y los únicos gastos que corrían por su cuenta eran de índole personal.

Para continuar preparándose con la meta de llegar a competir en Los Ángeles 2028, al regresar a México, Fátima fue notificada por la Conade sobre una beca que le será otorgada, además de que autoridades como el presidente municipal, Enrique Galindo Ceballos, se comprometieron a dotarle tanto a ella como a su entrenador Omar una beca durante los tres años de su mandato, y aprovechó para sugerir que podría ser por más tiempo si llegara a la gubernatura.

A: ¿Se han concretado ya algunas de las becas que autoridades te han ofrecido?

FH: Sí se me se me informó en el recibimiento que me dieron en el homenaje, se dijo que me iban a dar una beca que se llamaría Fátima Herrera a mi nombre y que ya habría más apoyo durante estos tres años, previo a los juegos, y también en el tiempo que él iba a estar (…) sólo quedaron en estar en comunicación conmigo para lo que es el papeleo. No sé cuánto tiempo vayan a tardar, pero ahorita no he recibido ya nada, sólo está dicho que voy a recibir el apoyo durante tres años, ya sea para competencias nacionales o internacionales.

A: ¿Cuáles son los principales retos has enfrentado en tu carrera deportiva?

FH: Yo creo que primero que nada las derrotas, el conocer el lado las derrotas, ese ha sido un reto, porque creo que a nadie nos gusta perder y no cualquiera sobrepasa una derrota. Al principio sí era muy difícil para mí, pero ya conforme pasó el tiempo fui aprendiendo, teniendo más experiencia, ya lo veía de una forma diferente. Otra cosa que he tenido como un reto, pues hay personas que no han creído en mí, que han juzgado mi carrera, pero ahora que fui a Juegos Olímpicos yo creo que les callé un poco la boca y los puse en su lugar.

El sobresalir como persona también ha sido un reto, porque aparte de que sea un deporte duro, es un deporte de mucha exigencia, es un deporte muy celoso porque si tú no estás en constante entrenamiento, si no llevas una dieta, si no tienes buenos hábitos, si no tienes una disciplina de por medio y una responsabilidad, te cobra factura. Eso ha sido un reto para mí, porque a pesar de que soy muy disciplinada, ha habido momentos en los que he sentido mucho cansancio, mucha frustración; creo que momentos de dejar a mi familia, de estar fuera de casa mucho tiempo, el irme yo sola en camión a la Ciudad de México.

Y yo creo que el enfrentarme también a rivales muy experimentados ha sido un reto, porque no cualquiera les da guerra como yo les he dado guerra a todas mis rivales de más experiencia.

La carrera de Fátima Herrera y sus logros son un ejemplo de dedicación, pasión y disciplina por el deporte, para todos los mexicanos y mexicanas y en especial para las y los potosinos, además de que ella representa a las mujeres en este ámbito, siendo parte de una nueva generación de atletas que tiene mayor inclusión.

Para ella es un honor ser un ejemplo tanto para el género femenino como para jóvenes, adolescentes e infancias.

Finalmente, la boxeadora deja el mensaje de que es importante soñar, pero trabajar por ello: “Los sueños se cumplen día con día, no sólo cuando llegas”, con mucha disciplina y amor a lo que se hace, considerando en especial que las mujeres mexicanas son muy guerreras y buenas en lo que hacen, por lo que es preciso seguir trabajando.

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