Ciudad de México (20 de abril de 2016).- La próxima vez que te sientas terrible porque estás enfermo con un resfriado o algo por el estilo, no culpes al pobre microorganismo que decidió infectar tu cuerpo. Bueno, sí puedes culparlo… pero solo un poco. La realidad es que ese virus o bacteria no está causando todos tus síntomas, por lo menos no directamente. La verdadera razón de tu incomodidad es tu propio sistema inmune, que está luchando por deshacerse de los seres “no requeridos” dentro de ti. De cierta manera, debes estar agradecido.
Cuando todo va bien y un microorganismo quiere atacar, tu sistema inmune podrá eliminarlo sin que ni siquiera te des cuenta. Sin embargo, habrá ocasiones en las que la infección se propague y tu cuerpo tenga que luchar con más fuerza. Y ahí es cuando empiezas a sentirte mal.
Tu cuerpo es el campo de batalla.
Algunas células de tus “defensas” liberan unas proteínas llamadas citoquinas, que activan la respuesta inmune pero también vuelven a tu cuerpo un poco loco. Algunas incluso pueden llegar a tu cerebro y causarte mal humor.
El por qué de los síntomas más comunes no está completamente dilucidado, pero hay varias teorías bastante razonables. Tu cuerpo aumenta de temperatura con la esperanza de poder retrasar el crecimiento de algunas bacterias, además de que te da mucho sueño para que ahorres energía y esta se use para eliminar los microorganismos invasores.
Por otro lado, se dice que la falta de apetito es una respuesta de emergencia del cuerpo para “matar” de hambre a las bacterias. El equipo de TED-Ed explica en una bonita animación todo lo que pasa en tu cuerpo al enfermar, y cómo el responsable de tu malestar eres tú, técnicamente.
Fuente: Conéctica.