Carolina del Norte (29 de septiembre de 2016).- Una niña de nueve años de edad, quien habló en una sesión abierta del ayuntamiento de Charlotte, expresó entre lágrimas su malestar por el trato que recibe la comunidad afroamericana en la ciudad de Charlotte, Carolina del Norte.
“He venido aquí para hablar sobre cómo me siento. Siento que somos tratados diferente respecto a otra gente. No me gusta cómo somos tratados, sólo por ser negros no significa nada para mí”, dijo Zianna Oliphant ante las decenas de personas que estaban presentes y en relación a las protestas masivas originadas tras la muerte de ciudadanos afroamericanos a mano de la policía.
Con la voz entrecortada por el llanto, la niña aseguró que las recientes manifestaciones sólo tienen como objetivo la defensa de los derechos de la comunidad afroamericana, que todavía se enfrenta a muestras de racismo.
“Yo creo que somos gente negra y no deberíamos sentirnos así. No tendríamos que estar protestando porque nos estén tratando mal. Lo hacemos porque necesitamos tener derechos”, dijo la menor.
Después de algunos aplausos, continuó: “He nacido y crecido en Charlotte y nunca me había sentido así hasta ahora y no puedo soportar la forma en la que nos tratan. Es una vergüenza que maten a nuestros padres y madres y que no podamos verlos más. Es una vergüenza que tengamos que ir al cementerio y enterrarlos. Tenemos lágrimas y no deberíamos tener lágrimas, necesitamos a nuestros padres y madres a nuestro lado”.
Hace poco más de una semana comenzaron las protestas en Charlotte, debido a la muerte de Keith Lamont Scott, un afroamericano de 43 años tiroteado ese día por la Policía.
En los días de protestas que siguieron, una docena de agentes resultaron lesionados y uno de los manifestantes murió de un disparo en la cabeza, lo que provocó el toque de queda y la activación de la Guardia Nacional para controlar la violencia.
Este día un agente de policía de El Cajón, California, mató a otro ciudadano afroamericano que le había apuntado con sus dos manos simulando tener una pistola.
Tras lo ocurrido, unas 200 personas se concentraron para protestar frente a la Comisaría de la localidad, situada a las afueras de San Diego.
El jefe de la Policía de El Cajón, Jeff Davis, explicó que dos de sus agentes abordaron al hombre durante la tarde del martes en una calle y que éste se negó a obedecer “múltiples órdenes” mientras mantenía sus manos en los bolsillos.