Ciudad de México (30 de noviembre de 2015).- “Hola papá”, se escucha en un mensaje dejado en el contestador del teléfono. “Quería decirte que no vamos a poder ir en Navidad este año. Lo intentaremos para el próximo, lo prometo. Feliz Navidad, papá”.
Al otro lado del teléfono, escucha el mensaje un hombre de cabello blanco, que se observa primero en la cocina y luego en un salón con decoración navideña, cenando y comiendo en repetidas ocasiones con una única compañía: su perro.
Unos días después, la casa se llenará de hijos y nietos llegados desde distintas partes del mundo. Acuden llorosos y vestidos de luto después de recibir la notificación de su fallecimiento, pero al entrar en la casa familiar, decubrirán que la mesa de Navidad está lista y que allí espera su padre para decirles con resignación: ¿Es esta la única forma de conseguir reunirlos a todos?
Fuente: Noticias MVS.
