Por Victoriano Martínez
La urgencia por municipalizar la Delegación de Villa de Pozos con la mira puesta en las elecciones del próximo año comienza a exhibir descuidos que podrían terminar por condenar a quienes tienen un genuino afán municipalizador a volver a padecer un decreto de creación que pueda ser anulado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como ocurrió en 2002.
Son tantas las cuestiones que se deben resolver previo a la declaratoria de un municipio que no se han considerado y que representan condiciones que lejos de favorecer a los habitantes de esa demarcación los perjudicarían, pero se desconocen con precisión porque si algo ha faltado en el procedimiento, es que se informe a la población, especialmente la de ese lugar.
¿Cuántos de los habitantes de la Delegación de Villa de Pozos tienen claro lo que implica que el territorio en el que viven se convierta en municipio? ¿Tienen claro cuáles son las ventajas y cuales las desventajas, y si el balance les es favorable?
Todo indica que llegar a pensar que cuentan con tanta información es demasiado pedir porque resulta que gran parte de la población de esa demarcación apenas sabe que se abrió un proceso de municipalización.
Al menos así lo dejó ver el Comisariado Ejidal El Jaralito, quienes el pasado viernes entregaron al Congreso del Estado un escrito en el que expresaron su rechazo a ser considerados como parte del pretendido municipio de Villa de Pozos, pues aseguran que no fueron consultados sobre la intención de pertenecer a la delimitación territorial.
“Sabemos que dicho proyecto contempla a nuestra comunidad de Jaralito, sin que a nosotros como habitantes se nos haya preguntado si queremos pertenecer al municipio de Pozos, ya que históricamente nos consideramos Pileños”, señalaron en su escrito.
Si los promotores de la municipalización, para lo que el gobernador Ricardo Gallardo Cardona reclama la autoría plena, no consideraron informar a los habitantes de Jaralito, ni siquiera a sus autoridades ejidales, ¿a cuántas más comunidades y colonias les pasó de noche no sólo el conocer la intención, sino la colecta de firmas de apoyo a la petición?
El reclamo de las autoridades del Ejido Jaralito no resulta un asunto menor, pues pone en duda la calidad en la recolección de firmas.
¿Existen evidencias de la promoción de la colecta de firmas y del procedimiento de manera que no dejen duda de que cada uno de los 31 mil 895 firmantes dieron un consentimiento plenamente informado?
Una verificación tan necesaria como que el INE revise la vigencia de las credenciales de elector, que efectivamente sean de personas que viven en la Delegación y que las firmas coincidan.
Si el primer interesado en la municipalización es Gallardo Cardona y la estructura de SEDESORE y el DIF para la entrega de apoyos sociales se empató con la estructura electoral, ¿qué garantiza que la colecta de copias de credencial de elector y firmas al momento de entregar una ayuda no se mezcló con el proceso de colecta de firmas para la municipalización?
¿Sospechosismo? Sí, pero no gratuito. ¿Por qué una movilización que logra la recaudación de 31 mil 895 firmas no resultó notoria ni para los habitantes de la demarcación, entre ellos incluidas las autoridades ejidales de Jaralito? Si a ese Ejido no se le convocó, entonces hubo discriminación, que es una de las razones que se argumenta para la separación del municipio de la capital.
Más allá del sospechosismo, la calidad en la colecta de las firmas de apoyo tiene que ver con una necesaria prelación en el cumplimiento de los requisitos para la aprobación de un nuevo municipio, pues su verificación aparece en la fracción I del artículo 47 de la Ley Orgánica del Municipio Libre, situación que se debe desahogar antes de comprometer un elevado presupuesto en un plebiscito.
Una duda sobre la calidad en la colecta de las firmas que podría tener como antecedente la forma en que el PVEM prácticamente arrasó en las elecciones de 2021, cuando en la Delegación de Villa de Pozos obtuvo el 40.45 por ciento de los votos marcados directamente por un partido político.
De no haber tenido ese resultado electoral y hubiera sido el actual alcalde quien hubiera arrasado en esa demarcación, ¿Gallardo Cardona tendría el mismo interés en la municipalización?