María Ruiz
En el Pleno del Congreso del Estado de San Luis Potosí se llevó a cabo la elección de la nueva titularidad de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH). En esta sesión, Giovanna Itzel Argüelles Moreno fue reelecta como presidenta con 20 votos a favor, mientras que Enrique Rivera Sierra, otro de los candidatos, obtuvo seis.
Más allá de la simple aritmética, la jornada se convirtió en un escenario de pasión por la justicia de las víctimas y un grito de resistencia ante lo que algunos consideran una orden directa del poder estatal.
Luego de la votación en la sesión, Rivera Sierra se refirió a los resultados al cuestionar sobre “¿los votos reales, los votos hechos a conciencia?”. Estas palabras, impregnadas de ironía y convicción, resaltaron la diferencia entre un voto impuesto y aquel que surge del compromiso ciudadano.
Para Rivera Sierra, la baja cantidad de apoyos evidenció no solo el dominio del poder Ejecutivo sobre el Legislativo, sino también el resurgir de una oposición encarna la resistencia de quienes se niegan a someterse a las órdenes de un poder que impone su voluntad.
“Los votos hechos a conciencia son los que muestran el despertar, un grito de independencia contra la injerencia de intereses ajenos”.
En este sentido, Enrique Rivera enfatizó la importancia de recuperar la esencia democrática, donde cada voto es una manifestación de la voluntad popular y un rechazo a la sumisión.
A pesar de la reelección de Giovanna Itzel Argüelles, Rivera Sierra fue contundente al criticar la gestión de la actual presidenta, a quien responsabilizó de no haber demostrado avances significativos en cuatro años de mandato.
Para él, la reelección fue fruto de “una orden de gobierno”, un acto que refleja la absorción del poder legislativo por parte del ejecutivo. No obstante, encuentra un rayo de esperanza en el apoyo de ciertos legisladores de Morena, quienes según afirmó, decidieron votar a favor de su candidatura.
“Es fundamental que la bancada se desmarque de la esclavitud que impone el actual poder Ejecutivo. Este voto de conciencia es un gran mensaje para la ciudadanía y para quienes creen en la dignidad política.”
Un llamado urgente al despertar democrático
Enrique Rivera Sierra tambien hizo llamado a la participación ciudadana y a recuperar el control de las decisiones públicas, lo cual se vuelve vital en un contexto donde la injerencia del poder estatal parece dominar.
“A cualquier ciudadano que se dé cuenta de que, por fin, hay quienes estan despertando de esta sumisión”.
El activista compartió cómo su lucha social se forjó a partir de un legado de resistencia y compromiso con la justicia, desde el “navismo histórico”, una referencia a la lucha encabezada por Salvador Nava Martínez en las décadas de los 50 y 60.
Recordó cómo sus padres se conocieron en un contexto marcado por la represión en la Plaza de Armas, donde el movimiento civilista se levantó contra el autoritarismo, y la defensa de la democracia en los años 80. Esta historia le dio un sentido profundo de pertenencia a una causa que no solo era política, sino también de justicia social.
De igual forma, el activista se desmarcó de lo que hoy se conoce como “el navismo fifí”, una versión superficial y acomodada de este legado, mientras que su pelea viene de ese “navismo histórico” que se manifestó en la lucha por la democratización del país.
Esta visión, fundamentada en la resistencia a las injusticias, lo llevó a formar parte activa del Frente Amplio Opositor y de “La Otra Campaña”, defendiendo los derechos ambientales y de la comunidad, junto con un grupo comprometido de ciudadano y que lo llevó a la actualidad a poder participar en la elección de presidencia de la CEDH.
Resaltó, además, la importancia de la lucha en defensa del medio ambiente, especialmente en relación con la destrucción del Cerro de San Pedro, símbolo de la ciudad que, lamentablemente, ya no existe debido a la minería.
La creación de una área natural protegida en la Sierra de San Miguelito fue, según él, una de las victorias colectivas más significativas de esa lucha.
“Todas esas luchas son nuestras luchas”, afirmó, además de reconocer el esfuerzo conjunto de muchas personas, a quienes espera sean escuchadas y atendidas de manera humana por la nueva etapa de presidencia de la CEDH.