Antonio González Vázquez
Sin temor al ridículo, por la tarde del pasado viernes, durante un mitin en Saltillo, Coahuila, Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz afirmó que ya tiene “contra las cuerdas” a Claudia Sheinbaum Pardo.
La candidata presidencial de la Coalición Fuerza y Corazón por México encabezará un mitin “masivo” en la plaza de toros El Paseo de la capital potosina. No sería descabellado esperar otra ocurrencia semejante y sin temor a caer en lo absurdo, se atreva a decir que ya mandó a dormir a su contrincante de la Coalición Sigamos Haciendo Historia.
La abanderada del PRIANRD dice ese tipo de cosas que no tienen asidero en la realidad y con ello, reproduce el alto grado de desesperación de las elites partidistas y económicas que la lanzaron al ruedo.
Esa metáfora boxística no refleja la realidad política de un escenario electoral que le es contrario en todos sentidos; son ella y el PRIANRD, los que están contra las cuerdas en una situación que presagia una derrota aplastante, avasalladora.
En los comicios presidenciales de 2018, el PRI y el PAN contendieron y enfrentaron con candidatos propios a Andrés Manuel López Obrador.
Tres Coaliciones: Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PES); Por México al Frente (PAN-PRD-MC) y Todos por México (PRI-PVEM-PANAL).
Participó un candidato independiente, Jaime Rodríguez Calderón.
López Obrador los barrió al obtener 30 millones 113 mil 483 votos, 53.19 por ciento de la votación total emitida.
Ricardo Anaya Cortés logró 12 millones 610 mil 120 votos y José Antonio Meade Kuribreña, 9 millones 289 mil 853 votos.
Ni juntos habrían ganado.
Previo a esas elecciones, el ponderado de encuestas daba a Juntos Haremos Historia una intención de voto del 52 por ciento, a 32 puntos porcentuales de su adversario más cercano, lo que pronosticaba un triunfo contundente de la izquierda.
Y así ocurrió.
El escenario para las elecciones del 2 de junio de 2024, no dista mucho de lo anterior; podría decirse que es una calca.
En su publicación de ayer, la edición México del Diario español El País, divulgó un análisis irrebatible de lo que está por ocurrir en nuestra nación.
Tras los primeros 15 días de las campañas presidenciales, Claudia Sheinbaum tiene 60 por ciento de intención del voto a su favor, por 36 de Xóchitl Gálvez.
Con base en ese ponderado de encuestas, de estudios demoscópicos de anteriores elecciones presidenciales, del cierto grado de incertidumbre alrededor de las campañas en curso y del acierto histórico de sondeos, El País elaboró un cálculo de probabilidades.
El resultado: la posibilidad de que gane la presidencia Sheinbaum es de 89 por ciento.
Para las presidenciales de 2018, ese periódico ibérico hizo un análisis similar: en marzo de ese año, la predicción era que López Obrador tenía 79 por ciento de posibilidad de triunfo, pero al cierre de las campañas ese pronóstico se incrementó a 97 por ciento.
El País anticipó el triunfo de López Obrador hace seis años y ahora adelanta el de Sheinbaum; el escenario nacional es el mismo: la cuarta transformación crece y la oposición no.
Y si la candidata no tiene temor a hacer el ridículo, sus “xochilovers” tampoco.
En San Luis potosí las huestes del PRIANRD hicieron cuentas alegres y han ofrecido 670 mil votos a su candidata. De esa cantidad que nadie sabe de dónde salió, dan por hecho un cuarto de millón de esos sufragios saldrán de lo que llaman “sociedad civil”, ente nutrido por quienes piensan, simpatizan y actúan como priianistas.
A los “xochilovers” potosinos los encabezan un priista del que hasta hace poco nadie recordaba, Amado Felipe Vega Robledo, quien llegó a ocupar la posición “xochiilover” tras el fallecimiento de Horacio Sánchez Unzueta y, por el panista, Alejandro Zapata Perogordo, miembro del Frente Cívico Nacional de presunta representación civil.
Su fantasiosa visión, predice 670 mil votos para Gálvez. Su techo real son los 400 mil votos obtenidos en la elección de gobernador en 2021.
Un dato desolador que debería sacar del autoengaño al PRIANRD es que, en 2018 la cuarta transformación ganó sus primeras 5 gubernaturas; ahora tiene 23 y sostiene su mayoría en las cámaras de Diputados y Senadores.
Desde entonces, la oposición viene en picada.
Ese año en San Luis Potosí, López Obrador obtuvo 527 mil 546 votos, Ricardo Anaya, 334 mil 763 y Meade, 260 mil 211.
En esos comicios, el Partido Verde que significaba poco menos que nada fue en alianza con el PRI, para este año, ahora ese partido fortalecido inusitadamente por la Gallardía gobierna el estado y va con Morena y el PT.
Con todo y sus diferencias, la 4T y el gallardismo comparten el objetivo principal del “Plan C” y ya sea por el “Vota todo Morena” o “Vota todo Verde”, van por una victoria apabullante.
En ese contexto, este miércoles las y los potosinos escucharán las frivolidades, ocurrencias y quejas de Gálvez Ruiz.
Como bien apunta el analista Jorge Zepeda Patterson en El País, Milenio y Sin Embargo donde publica sus artículos: “el problema no es Xóchitl”, sino los partidos y jerarcas económicos que la impusieron.
La candidata presentada en su momento como el “fenómeno” político, equiparada por sus promotores a la virgen de Guadalupe no levanta.
Y no levantará.
Lo que el PRIANRD no hizo en seis años (detener su caída y contener a la 4T), no lo hará en una campaña a 76 días de las elecciones.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.