Y a los bomberos… ¿quién los escucha?

Por Victoriano Martínez

“Y a los bomberos… ¿quién los ayuda?” fue una expresión que se utilizó hace mas de un año y medio para la recaudación de donativos para el sostenimiento de ese grupo de auxilio. Todo era cuestión de tiempo para que, por respuesta, se supiera que no lo hace ni el Patronato Pro Cuerpo de Bomberos de San Luis Potosí.

Por aquellas fechas quedó el registro de un incidente que mostró que los bomberos requerían de mucho más que ayuda para su sostenimiento económico: uno de sus camiones protagonizó un choque al pasarse un alto en el trayecto para atender una emergencia.

El choque fue lo de menos. El operador del camión de bomberos fue multado por “falta de tarjeta de circulación” (clave 7), por “chocar o participar en un hecho de tránsito y causar daños” (clave 59) y “por no obedecer semáforo en luz roja” (clave 209).

Poco importaron a los tránsitos los protocolos que deben atenderse en la circulación vehicular para casos de emergencia.

El alcalde superpolicía Enrique Galindo Ceballos se limitó entonces a decir que “al final esto proviene de un accidente lamentable en el ejercicio de sus funciones, la multa tengo que revisarla”.

Es decir, el alcalde reconoció que se trató de un accidente en el ejercicio de sus funciones, pero aún así consideró posible que se le haya multado por pasarse un alto y su consecuencia.

Quedó claro que los bomberos no sólo necesitaban de ayuda económica para su sostenimiento, sino apoyos adicionales de diversa naturaleza para poder realizar sus actividades con riesgos adicionales a los que representa el combate de un incendio.

De hoy en adelante les pedimos una disculpa por si no llegamos rápido a atender alguna emergencia que se llegara a presentar, ya que tendré que hacer un alto total en los semáforos y esperar a que se ponga en verde para en verde para poder avanzar”, advirtieron entonces los bomberos ante la inverosímil multa.

Hubo algunas reacciones para presuntamente reforzar la labor de los bomberos: los diputados Emma Idalia Saldaña Guerrero y Edmundo Torrescano Medina presentaron sendas propuestas para mejorar las condiciones de trabajo de los bomberos, que incluían una Ley del Sistema de Bomberos del Estado.

Desde el 6 de diciembre de 2023, a solicitud de la diputada Dolores García Román del PVEM, las iniciativas se encuentran congeladas bajo el argumento de la necesidad de revisar su impacto presupuestal… como si no impactaran a toda la población en su condición de potencial víctima de un incendio o cualquier emergencia que es atendida por los bomberos.

El pasado viernes 16 de agosto los bomberos iniciaron un paro indefinido en protesta por las condiciones laborales y la falta de respuesta a un pliego petitorio entregado al Patronato.

“Nuestro deseo es ayudar a la ciudadanía, pero necesitamos condiciones laborales justas”, expresó Francisco Portillo, bombero activo, quien destacó que las demandas incluyen un salario digno, la regulación de turnos excesivos y la implementación de un seguro de gastos médicos mayores que cubra accidentes ocurridos en el servicio.

Las urgencias de los bomberos parecen resultar mucho menos apremiantes que las emergencias que atienden, pero todo tiene un límite y se tiene prevista para hoy una marcha para exigir el apoyo del gobernador Ricardo Gallardo Cardona.

“Sabemos que estas marchas pueden afectar a la ciudadanía, pero ya basta, alguien tiene que escucharnos y darnos una solución. Somos una institución indispensable para la seguridad de la ciudad, y esto no puede seguir así”, señalaron al anunciar su protesta.

El secretario del Trabajo y Previsión Social, Néstor de la Garza, ofreció una reunión para mañana, cual si la labor de los bomberos siguiera una lógica burocrática y, por ejemplo, le pidieran al Patronato de la FENAPO programar un eventual incendio en sus instalaciones o cualquier otro tipo de emergencia para acudir a tiempo, y sin pasarse ni un solo alto.

La ciudad lleva tres días sin bomberos porque se encuentran en paro. Por fortuna no ha habido percances que lamentar. La FENAPO está en curso y aunque lo deseable es que no ocurra ningún percance el riesgo siempre existe.

¿Qué porcentaje del inmenso y ofensivo derroche en la presentación de los espectáculos del Teatro del Pueblo requerirá la solución a las demandas de los bomberos? Seguramente muy, pero muy poco. Son de esos casos que exhiban la perversión de las prioridades de autoridades que se guían por una envilecida frivolidad.

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