Por Victoriano Martínez
Este 26 de junio, declarado el “día cero” en la crisis hídrica para la zona metropolitana por el alcalde Enrique Galindo Ceballos, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) presentó la primera entrega de su Plan de acciones para un uso y manejo sostenible del agua en el Estado de San Luis Potosí, propuestas académicas.
Se trata de un trabajo centrado en garantizar el derecho humano al agua de los habitantes de la zona metropolitana desarrollado por Grupo Universitario del Agua, integrado por 19 académicos investigadores, que presentaron un programa con nueve objetivos específicos, con algunos planteamientos que no han sido parte del Plan de Emergencia encabezado por Galindo Ceballos.
Destacan señalamientos que tienen que ver con la falta de coordinación entre las distintas autoridades y con actitudes protagónicas motivadas por intenciones políticas antes que de búsqueda de soluciones, hasta alternativas técnicas no consideradas en el plan emergente.
Entre los objetivos específicos, destaca desarrollar la propuesta de “un esquema eficiente de sectorización de la red de agua potable en la Zona Metropolitana de San Luis Potosí y proponer las estrategias para la optimización de la red de distribución de agua”.
Emilio J. González Galván, director de la Facultad de Ingeniería, explicó que la sectorización permite dividir la red de distribución en sectores y facilitar su manejo, y también una acentuada disminución de las pérdidas físicas de agua.
“La sectorización no significa la sustitución de la red de agua potable, sino una mejora en su operación”, expuso; en tanto que el rector Alejandro Zermeño Guerra completó la idea al señalar que la pérdida por fugas en la red disminuiría de un 47 a un 15 por ciento. “Tendríamos más de un 30 por ciento de agua disponible”, dijo.
Zermeño Guerra aseguró que desde hace más de cuatro décadas la UASLP ha aportado alternativas de solución al problema del abastecimiento de agua en la ciudad, pero las autoridades responsables no las pusieron en práctica porque se trata de obras que no son visibles y se han dejado siempre para un “ahí después”.
“Pedimos a las autoridades efectúen las acciones necesarias sin pensar en la imagen o en el beneficio político”, expresó el rector. En primera fila en el auditorio Rafael Nieto lo escuchaban Galindo Ceballos y un representante del gobernador Ricardo Gallardo Cardona.
El comentario del rector completaba una de las recomendaciones mencionadas en las presentaciones previas: “Colaboración entre gobiernos, organismos operadores, instituciones académicas y el sector privado pueden generar soluciones innovadoras y sostenibles que aborden de manera integral el problema del suministro de agua”.
Una aspiración sobre un panorama muy lejano al que hoy protagonizan las autoridades con un Galindo Ceballos que desde que le puso fecha al “día cero” se ha dedicado a asegurar que su Plan de Emergencia ha sido un éxito, en tanto que Gallardo Cardona lo llama a reconocer que es un fracaso.
Aunque en el portal sobre el Plan Emergente señala el 20 de febrero como el inicio de los trabajos para su elaboración y que lo presentó al Congreso del Estado hasta el 21 de marzo, en los últimos días Galindo Ceballos asegura que las acciones comenzaron desde el mes de febrero, lo que implicaría que en cuatro meses no se consideró la sectorización del servicio.
El alcalde informó este lunes que, con la rehabilitación y mantenimiento de 26 pozos, de seis sistemas de rebombeo y de dos plantas potabilizadoras, en la primera fase del Plan Emergente lograron recuperar por 146 litros por segundo para el caudal que se inyecta a la red, suficientes para abastecer a 57 de 109 colonias afectadas por el cierre de la presa de El Realito.
¿En cuatro meses se pudo establecer la sectorización del servicio? Si la sectorización recupera un caudal similar al que se acaba de dejar de recibir de El Realito, ¿por qué hasta ahora lo plantea la UASLP? ¿También incurrió en la falta de “colaboración entre gobiernos, organismos operadores, instituciones académicas y el sector privado”?
Desde el primer indicio de que se avecinaba una crisis hídrica, el tiempo comenzó a jugar en contra. ¿Pudo la Universidad hacerse oír en algún momento más oportuno?