Ecuador (18 de abril de 2016).- La cifra oficial de muertos tras el terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter que sacudió hace dos días a Ecuador, se elevó a 350, reportó el ministro ecuatoriano de Seguridad, César Navas.
“Durante toda la noche hemos continuado las tareas de búsqueda y de evacuación de las personas que han quedado atrapadas. Tenemos lamentablemente que informar que tenemos 350 personas fallecidas”, dijo Navas en declaraciones al canal Teleamazonas, retomadas por el diario Metro Hoy.
Indicó que los equipos de rescate continúan las labores en busca de posible sobrevivientes del movimiento telúrico, que también ha dejado más de dos mil 500 heridos.
El terremoto de 7.8 grados en la escala Richter, el de mayor magnitud desde 1979, se produjo a las 18:58 horas locales del sábado pasado (23:58 GMT) entre los balnearios costeros de Cojimíes y Pedernales, en la provincia de Manabí, colindante con la vecina Esmeraldas.
Buscan sobrevivientes entre los escombros.
En las localidades de Manta, Pedernales o Portoviejo, las ciudades más afectadas por el terremoto en Ecuador, todas en la costa del Pacífico, el ambiente era desolador. En Portoviejo, una ciudad de unos 300 mil habitantes, la gente recorría las ruinas en busca cualquier pista que les permitiera mantener la esperanza, como llantos, voces o sonidos de respiración entre las piedras.
En tanto, servicios de ayuda, buscan entre los escombros a posibles sobrevivientes, por lo que no se descarta que aumente el número de víctimas mortales.
En Portoviejo se derrumbaron un total 27 edificios, incluido un mercado, según lo confirmado por el alcalde, Agustín Casanova, que hizo un desesperado llamado de auxilio pidiendo la llegada de más rescatistas.
Además, varios testigos dijeron cómo durante muchas horas, habían oído los gritos de la gente bajo los escombros sin que se pudiera hacer nada.
El presidente, Rafael Correa, quien llegó directamente a Portoviejo desde El Vaticano, donde estaba en visita oficial, recorrió la zona afectada.
“Nuestro dolor es muy grande, la tragedia es muy grande, pero vamos a encontrar la manera de seguir adelante”, dijo el mandatario al borde de las lágrimas.
“El país está siendo operado en estado de excepción”, señaló el presidente, insistiendo en que la prioridad para los servicios de rescate es la gente que continua atrapada bajo el cemento “hay señales de vida en muchos de los escombros” dijo antes de despedirse con una señal de hasta la victoria siempre.”
El mandatario agradeció también la solidaridad internacional y dijo haber recibido las llamadas de Mariano Rajoy, de España, Dilma Rouseff de Brasil, Mauricio Macri, de Argentina, y Juan Manuel Santos, de Colombia, entre otros presidentes.
Fuente: La Razón.