Por: Oswaldo Ríos. Twitter: @OSWALDORIOSM
Yo acuso a Andrés Manuel López Obrador de ser el gran traidor de la democracia mexicana.
Yo acuso a López Obrador de ser el cuarto sátrapa, heredero de aquellos que terminaron cegados por la ambición personal y desmedida de poder. Tradición antecedida por Agustín de Iturbide, Antonio López de Santa Anna y Porfirio Díaz Mori, que comenzaron levantando la bandera de la independencia, la república y la no reelección, respectivamente, pero solo para llegar al poder y desde ahí imponer la monarquía, el despotismo y la dictadura.
Yo acuso a López Obrador de haber regenteado la lucha, los ideales y los sueños de millones de mexicanos que anhelaban un cambio que le diera al país justicia, paz, transparencia y bienestar, pero solo para llegar al poder y desde ahí desmantelar los pequeños avances de la democracia e instalar un modelo populista que restituye al viejo sistema de partido oficial y presidencialismo autoritario.
Yo acuso a López Obrador de deshonrar a las heroicas Fuerzas Armadas, a la Guardia Nacional y a los policías decentes del país, al actuar con docilidad y complacencia ante los criminales, al afirmar que el narco es pueblo, al amnistiar a los delincuentes que dañan a los mexicanos, al postrar a las fuerzas del orden para cumplir las exigencias de los capos, y deshonrar la investidura presidencial al rendir pleitesía a ellos y sus familias.
Yo acuso a López Obrador de haberle dado la espalda a las víctimas de la violencia, negarles el derecho de ser escuchados en su dolor estremecido, e impedirles el derecho a la justicia al fomentar la impunidad que deja de perseguir y promueve el perdón de quienes les arrebataron a sus seres queridos y las ganas de vivir.
Yo acuso a López Obrador de llevar a México a un desastre económico que afectará a todos los estratos sociales, pero causará un dolor inimaginable a los más pobres.
Yo acuso a López Obrador de hacer pedazos la confianza para invertir en nuestro país, cancelando obras fundamentales como el nuevo aeropuerto, el metrobús en La Laguna o la instalación de empresas como Constellation Brands en Baja California, bajo el pretexto de la existencia de corrupción, pero luego ser incapaz de presentar una sola denuncia que la compruebe.
Yo acuso a López Obrador de incumplir sus promesas de crecimiento económico al 6% anual, no mantener ni siquiera el 2.4% de crecimiento económico que le dejaron y provocar un decrecimiento económico que hace décadas no se veía. El mundo entero va a una crisis, pero México ya estaba en crisis desde antes por la ignorante, irresponsable e inconsciente manera de manejar la economía del presidente, y podría ser la peor en cien años.
Yo acuso a López Obrador de ser el demoledor del Estado de Derecho.
Yo acuso a López Obrador de manipular a las masas con demagogia, induciendo consultas que no cumplen con los requisitos constitucionales, para tomar decisiones que pisotean la legalidad y que imponen los caprichos del poder por encima de la ley y el interés general.
Yo acuso a López Obrador de actuar con negligencia frente a la pandemia del coronavirus, irrespetar permanentemente las recomendaciones de sanidad que previenen los contagios, intervenir mal y tarde ante la amenaza inminente de la expansión de la enfermedad y exponer atrozmente a médicos, enfermeras y personal de hospitales quienes carecen de insumos para protegerse y de instrumental para atender a los enfermos, a pesar de que se contó con mucho tiempo para prevenir lo que hoy es una tragedia nacional.
Yo acuso a López Obrador de inocular en los mexicanos los virus de odio, resentimiento, manipulación, mentira y división.
Yo acuso a López Obrador de usar el poder solo en beneficio de sí mismo y su camarilla de incondicionales.
Yo acuso a López Obrador de encabezar la mafia del poder y ser el poder de la mafia.
Yo acuso a López Obrador de ser el destructor de México.